Sports De Ca Nostra

Si, como afirma Valdano, el fútbol es un estado de ánimo, el Mallorca ha recobrado el resuello y la ilusión con el nombramiento de Dudú Aouate como nuevo manager general. Por cierto, no remunerado; matiz importante a diferencia de los salarios de bastante más de cien mil euros que en su día percibieron Pedro Terrasa y Michael Blum, o ahora mismo el propio Miguel Angel Nadal. No es un detalle intrascendente, sino una forma de entrar con buen pie y demostrar que se puede ahorrar dinero no sólo regateando en los contratos de los futbolistas o recortando el sueldo de los demás mientras uno asegura el suyo. El desembarco del cancerbero israelí, plenamente identificado con el malloquinismo, tiene que ser el preludio de una operación de más calado cuyo punto final es la salida de Gabriel Cerdá, Serra Ferrer y, por supuesto, de Utz Claassen y sus palmeros. Así lo exige la afición, pues sería muy grave que el trío de marras reagrupara sus filas para entorpecer el trabajo del recién llegado, igual que han hecho a lo largo de los últimos cuatro años. La obsesión es una enfermedad, pero la necedad y la memez son otra cosa aún peor. Por suerte, quedan dos semanas por delante antes de que empiece la Liga y aunque no sobra tiempo, el mercado está abierto hasta el 31 de agosto. A simple vista el área deportiva reclama decisiones antes que ninguna otra y el director deportivo, descaradamente utilizado, debería ser el primero en pedir explicaciones a quienes le metieron en este bosque al que nunca debió acceder. Esta vez sí que se transmite la sensación de que empieza, sino una nueva era, un nuevo ciclo. Hay muchas heridas que cerrar y el camino será largo, pero este club ha salido de situaciones y olvidado a personajes que también pudieron sentenciarle.
Análisis Alejandro Vidal DM.