Nervios a flor de piel en Son Bibiloni
28 abril 2014 | Por lorenzo | Categoria: Real MallorcaSemana a semana crece la tensión en torno a un Real Mallorca que después de renunciar al objetivo del ascenso ha tenido que resignarse a una humillante pelea por la permanencia. El foco de la crispación estuvo ayer en Son Bibiloni, donde una veintena de miembros de la peña radical Supporters increparon a los futbolistas durante la hora y media que duró el entrenamiento. No hubo más que palabras, pero la mañana dejó una imagen insólita en la Ciudad Deportiva: la presencia de tres coches de la Policía Nacional.
La convocatoria presagiaba una sesión de entrenamiento incómoda para los bermellones, que la noche anterior habían aterrizado procedentes de Vitoria con la cuarta derrota consecutiva. El presidente de la Federació de penyes, Miquel Mesquida ´Barralet´, y el veterano Toni Planas ´Tatxa´ hicieron acto de presencia para calmar los ánimos de los aficionados más fanáticos del Mallorca.
En lugar de eso, Tatxa perdió los nervios cuando un fotógrafo de DIARIO de MALLORCA trató de inmortalizarle hablando con otros aficionados. El peñista se encaró con el reportero con muy malos modos, y con su acción provocó que algunos miembros de los Supporters se enfrentaran con el profesional de este rotativo. La trifulca no fue a mayores porque varias personas se interpusieron.
Los futbolistas fueron la diana de multitud de insultos y burlas por parte de los aficionados radicales durante todo el entrenamiento, sobre todo referentes al bajo rendimiento exhibido esta temporada. Media docena de trabajadores de la empresa de seguridad privada del club custodiaban los accesos al campo de entrenamiento y a los vestuarios.
A punto de finalizar la sesión, un portavoz de los Supporters exigió hablar con el técnico Lluís Carreras y con al menos uno de los capitanes de la plantilla. En caso contrario amenazó con que entrarían por la fuerza. La advertencia alertó a uno de los trabajadores de la seguridad privada, que llamó a la Policía Nacional para que se presentara en la Ciudad Deportiva. Los agentes se personaron en tres coches y después de un breve intercambio de palabras con los Supporters se apostaron en el acceso al terreno de juego y a lo largo de la valla que lo separa de los aficionados.
Los improperios a los futbolistas subieron de tono cuando abandonaron el campo. Los titulares contra el Alavés habían acabado al menos media hora antes la sesión, pero prefirieron esperar sentados sobre el césped a que los suplentes acabaran de ejercitarse. Al final, y después de cerciorarse de la presencia de la policía, los rojillos abandonaron juntos la zona de entrenamiento. Cabizbajos y aguantando el chaparrón de insultos, con la excepción de un Cadamuro que miró desafiante a los peñistas.
La mañana terminó con un incidente protagonizado por un aficionado, que después de recriminar a Barralet el comunicado del pasado viernes, gritó «¡Viva el Baleares!». Dos agentes tuvieron que intervenir para detener a un grupo de Supporters que se lanzaron a por él. (Diariodemallorca)