Sports De Ca Nostra

El estreno del Illes Balears Palma Futsal tuvo más indicios de taquicardias que de la tranquilidad que se presupone en esta Ronda Principal de la Champions League ante el Étoile Lavalloise. Debió remontar en el segundo acto porque el cuadro vecino ganó en confianza con el paso de los minutos, aunque no pudo evitar que los locales alcanzaran su 25º partido consecutivo sin perder en el estreno de la 25ª edición del torneo europeo bajo el sello de la UEFA. Suerte del (tri)campeón o no, lo cierto es que el idilio de los baleares con esta competencia es digno de estudio (y admiración).

Lo que en principio debería ser un partido controlado se empezó a contagiar de algo de caos cuando los franceses comenzaron a crear peligro. No es baladí que jugadores de calidad de Mouhoudine, El Mesrar o Mohammed estén entre sus filas, pues son capaces de generar un peligro tremendo y tanto Carlos Barrón como Luan Muller tuvieron que acudir al rescate en alguna ocasión para evitar la celebración gala.

Algo que, pese a las oportunidades de ambos conjuntos, no pudieron evitar cuando un ex de la Liga española como el propio Mouhoudine (campeón de Liga y Supercopa con el Jimbee Cartagena Costa Cálida) utilizó su cuerpo para crear espacio en el minuto 11 y anotar el 1-0. Fue agua fría, congelada, por la espalda que tres minutos después pudieron remendar los de Vadillo. Disfrutaron de un penalti porque Marquet trabó a Alisson dentro del área y fue el propio arquero el que también detuvo el lanzamiento de Fabinho. Al descanso no hubo más modificaciones y alguno que otro pensó que la racha de imbatibilidad llegaba a su fin.

Sin embargo, poco tardó la segunda parte en borrar esa ligera desorientación. Fue el mismo Fabinho el que enmendó su borrón en menos de 60 segundos. Robó el balón a Mohammed en campo contrario y de un punterazo niveló la contienda (1-1). Cambió entonces el ritmo del encuentro, que se volcó descaradamente hacia la portería francesa: David Peña, Lucão, Ernesto o Fabinho fueron autores de varias acciones de peligro.

La ansiedad crecía porque eran múltiples las ocasiones marradas y el tiempo corría. Con poco más de cuatro minutos por disputar, Charuto conectó un disparo en la frontal y por fin descorchó la euforia de los aficionados. El 1-2 adelgazó a los locales, con un enorme peso desabrochado. No acabó la agonía ahí, pues tuvieron que aguantar las embestidas de los pupilos del técnico español Manuel Moya hasta el pitido final, incluido una volea que golpeó la escuadra a diez segundos del final por parte del habilidoso Lunin. Pero todo pasó. Afortunadamente.