Orgullo vasco desde el frontón mallorquín
10 abril 2025 | Por lorenzo | Categoria: Real MallorcaJagoba Arrasate conecta con sus raíces a través de la pelota vasca antes del enfrentamiento contra la Real Sociedad, con el que debutó como técnico
De origen ancestral, norteño y de obligatorio ADN vigoroso para su disputa. No en vano, los golpes con la mano en pelota vasca requieren de una palma edificada a base de piel dura y de mucho pellejo muerto caído en los frontones de Euskadi tras partidas eternas que edifican un carácter propio. “Es algo de lo que nos sentimos orgullosos al ser un deporte rural, autóctono y muy nuestro, donde la gente puede ir a disfrutar de verlo o de jugarlo”, afirma sonriente Jagoba Arrasate, entrenador del RCD Mallorca, al ser preguntado por lo que siente al visitar el Frontón de Sineu.
Desde hace meses, este pueblo mallorquín de poco más de 4.000 habitantes ha recuperado un espacio ahora multiusos que hace un hueco especial a la pelota vasca. Es el momento en el que la comunidad euskaldún de Mallorca se reúne en torno al frontón, un lugar que es sinónimo de unión, juego pero también diálogo y tradición, tal y como asegura el propio Arrasate: “Es un lugar de encuentro también y sus partidas son un acontecimiento. Yo, de hecho, he jugado en la escuela de Markina y sé lo que es vestirse de blanco y jugar de rojo o azul, con todo lo que eso supone”.
Forjado por el deporte
La emoción palpable de Arrasate al recordar sus años de pelotari y lo que supone este deporte autóctono y ancestral le hacen ampliar el significado de la pelota vasca: “Es que es un deporte bonito, atractivo y sano, con una pelota que es durísima que te dice también muchas cosas de cómo eran nuestros antepasados vascos. Hay muchos años detrás y sobre todo hay orgullo con todo esto, hay toda una cultura detrás”. “Por suerte también teníamos una plaza, digamos un frontón, -prosigue un entusiasmado Arrasate al recordar su infancia- y luego un frontón grande donde la gente también jugaba a cesta punta. De hecho, muchos de mis amigos se han ganado la vida jugando a cesta punta en Estados Unidos, con todo lo que se supone para los vascos ir a esos sitios y demostrar lo que somos.”.
Afincado ahora en Palma como entrenador del RCD Mallorca, Jagoba Arrasate dedica su ocio televisivo a ver los partidos que retransmite ETB Sat, el ente público de radio y televisión de su tierra natal: “Me conecta un poco con lo que es el País Vasco. Ahora acaba de jugarse la final del Parejas, que ganaron en Ezkurdia y Rezusta, 22-20, en el Navarra Arena con 3.000 personas en las gradas, con todo lo que eso remueve también. Ahora empieza el Manomanista, en Cesta Punta también están jugando el Master Series, que acaba de terminar la final, pero hay otros campeonatos. También están jugando a Remonte, a Pala también”.
El técnico mallorquinista recuerda lo buen pelotari que era Jose Mari Bakero, exjugador del FC Barcelona y de la Real Sociedad, al igual que otros futbolistas que, como él mismo, dejaron el frontón por el campo de fútbol. Preguntado por las virtudes del juego en el frontón que pueden traspasarse y aprovecharse en el fútbol, Arrasate lo tiene claro: “La cultura de la competición, la competitividad, el tema de los reflejos, el estar vivo, concentrado y darle importancia a cada punto a nivel mental. Creo que todo eso ha venido bien para luego desarrollarte en otros deportes y llegar a niveles profesionales”. Más allá del pelotari, al preparador vasco también le gusta la figura del Botillero: “En los campeonatos, está el botillero (“le llaman botillero porque le da el agua”, explica Arrasate) que relaja y dice qué es lo que tiene que hacer”. “Me gusta también ese tema un poco de ahora -expande su argumentación- de poder pedir un descanso y de que te sientes y que uno te diga: ‘Mira, estás haciendo esto bien, esto mal, tenemos que atacarle aquí o allí”.
El momento más adecuado
Su regreso a un frontón coincide de forma intencionada con el retorno a casa para disputar con el RCD Mallorca el partido contra la Real Sociedad, correspondiente a la jornada 31: “Somos de la Real desde de chiquititos, es el club de mi vida, pero bueno, como ya hemos jugado varias veces también, cada vez que vas ya no es tan especial, aunque sigue siendo diferente y siempre es un placer ver a compañeros profesionales que te han dado la oportunidad, que has podido compartir momentos con ellos y, como siempre, les deseas lo mejor, pero bueno, más allá del partido de este fin de semana”.