Sports De Ca Nostra

En 40 años de carrera profesional -41 este verano- nunca había visto lo que se ha producido esta temporada. Jamás había sido un entrenador del Mallorca sometido a una cacería tan injusta como la que ha tenido que soportar Javier Aguirre. Y por extensión, aunque eso es lo de menos, yo mismo por defenderle. Personalmente siempre lo he tenido claro, como lo tuve en su día con Luis García Plaza, que tiene ahora al Alavés virtualmente salvado con la plantilla de menor presupuesto de Primera División. El mexicano es ya historia gloriosa del Mallorca. Junto a Serra Ferrer, Héctor Cúper y Gregorio Manzano es el cuarto entrenador que ha llevado al equipo a una final de Copa. Veremos ahora si es el segundo en ganarla.

Llegó con el Mallorca en descenso. Lo salvó. Relanzó la carrera de Kang, aprovechó al máximo las condiciones de Muriqi y clasificó al equipo noveno. Se sobrepuso a las bajas del coreano y de Galarreta, consiguió levantar al vestuario tras lesiones tan sensibles como las de Raíllo y Muriqi y lleva todo el Campeonato fuera del descenso. Ni una sola jornada se ha pasado el Mallorca entre los tres últimos pese a haber perdido a su capitán y a su goleador durante muchísimos partidos y pese a que es una evidencia que los fichajes que se han hecho para sustituir a Kang y Galarreta no han funcionado.

Por aquí se le ha llegado a pedir -y no en pocas ocasiones- que tirara la Copa para centrarse en la Liga cuando, insisto, el Mallorca no ha estado ni una sola jornada en descenso. Se le ha acusado de jugar mal, de ser defensivo, de insistir con su sistema de tres centrales. Pues bien, aquí están los números. Con su sistema de tres centrales el Mallorca es finalista de la Copa del Rey. ¿Alguien se queja hoy de que el equipo jugó mal ayer en San Sebastián? Seguro que no, ¿verdad?

Ya está tardando el club en renovar a Javier Aguirre. De hecho si no se da prisa lo perderá porque tiene ofertas de fuera de España. Quizás entonces, cuando se vaya, se le valore de verdad. Por mi parte, muy muy orgulloso de haberme subido a este carro desde el principio y no haberme bajado nunca.