—¿Qué recuerda de sus inicios?
—Empecé con 20 años en Radio España de Barcelona con José Luis Fernández Abajo.
—Ha llovido mucho.
—Fíjese si ha llovido y cómo eran las cosas antes que cuando fichó Cruyff como entrenador del Barcelona fuimos José Luis y yo a cenar con él en la habitación de su hotel. La profesión se mezclaba también con amistad con los protagonistas. Aquellos años a nivel deportivo y radiofónico no volverán y la gente que no lo ha vivido no sabe lo que se ha perdido.
—¿Peligró su integrida física en algún partido?
—En un Granada-Poblense. Rompieron el cristal de la cabina, casi vuelcan el autocar del Poblense y al llegar al hotel Cóndor desde que bajamos del bus a la entrada nos dieron de por todos lados. José María García se hizo eco de ello y entrevistó a Sahuquillo, capitán del Poblense y a mí. Fue el partido donde más me vi estrecho. En el partido de vuelta recordamos los hechos y el delegado del Gobierno en Andalucía me denunció, pero el proceso acabó en nada.
—¿Recuerda ese Constància-Badia del año 88?
—Eso no se olvida. Inicialmente tenían que clausurar durante un año el Nou Camp de Inca. Al final se quedó en seis y un indulto por un cambio de presidente hizo que todo se anulara.
—¿Qué otros jugadores recuerda con especial admiración?
—Sergio Gómez Lasa, el portero, y Sendino. Ambos eran muy profesionales.
—¿Qué entrenadores le marcaron?
—Recuerdo especialmente a Pedro González y Luis Cela, también a Jaime Bauzá. De los recientes destacaría a Nico López. También a Juan Manuel Darder, Julián Robles, Carlos Martínez y a Alex Casas, actual técnico del Atlètic Baleares de División de Honor.
—Dejó la radio y se metió a delegado. ¿Cómo fue la experiencia?
—Estuve en el Constància y en el Santa Catalina y mi misión siempre fue que todos se sintieran bien. El fútbol de antes es muy diferente al actual. Antes se vivía con otra pasión y más intensidad. Todo era diferente. Ibas por ejemplo al Mallorca, bajabas las escaleras y estabas en tu casa.
—¿Cómo se llevaban entre los periodistas en su época?
—Muy bien. Había rivalidad, como es lógico, pero nos apoyábamos en lo que podíamos.
—El infarto en 2012 le obligó a dejar la radio. ¿Qué recuerda de esos momentos?
—Me pilló con 52 años. Comía con Lluc Colom, presidente del Santa Catalina y a las cuatro me dio un dolor muy fuerte en el pecho. Fue un infarto y tuvieron que abrir. El trato del equipo de Oriol Bonnín y de todos los profesionales del Hospital de Son Espases fue espectacular. A partir de ahí, dejé la radio porque, como he dicho, en la radio tienes que darlo siempre todo.