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No pudo ser. La Selección Española de Fútbol Sala cayó de la forma más cruel en el Vilnius Arena. El rival más duro, un viejo conocido como Portugal, nos esperaba en cuartos de final.

Una intensísima primera mitad en la que no hubo goles pero sí mucha emoción describió lo que todos esperaban antes del pitido inicial. La igualdad iba a predominar sobre el 40×20 y el partido se iba a decidir por detalles. Ambos se cargaron de faltas y aunque tardó en llegar, España dispuso de un doble penalti que Adri se encargó de lanzar, sin éxito.

A la vuelta de vestuarios el guion cambió por completo. Adolfo corría a un balón largo y miraba al portero por el rabillo del ojo para salvar su salida con un toque picado muy sutil que se metía en la portería. Casi de inmediato, Adri se resarcía con un espléndido gol de falta señalada en el costado derecho. El de Santa Coloma anotaba su sexto tanto en el campeonato (acaba la fase como segundo máximo artillero) gallego se estrenaba en el campeonato.

Pero la fortuna no se alió con España y en los últimos diez minutos, Portugal forzaba la prórroga con goles de Andre Coelho y Zicky. Una vez en el tiempo extra, otro accidente significaba el 2-3 para los lusos, que marcarían una vez más con el equipo de Fede Vidal volcado en ataque para intentar revertir la situación.

La Selección Española de Fútbol Sala, siempre respaldada por su afición, se despide de Lituania con la cabeza bien alta y tras haber desempeñado un gran papel. Toca pensar en el Europeo y mirar hacia el horizonte, donde esperará la próxima cita mundialista en la que España intentará bordar la tercera estrella en su escudo.

Fotografía: FIFA / Getty Images.