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El exjugador del Ibiza Moussa ha dejado de pertenecer a la disciplina del Guadalajara, equipo al que llegó el pasado verano tras lograr el ascenso a Tercera con los unionistas. El club castellanomanchego ha decidido darle la baja a raíz de la denuncia que el de Bamako hizo pública el pasado jueves en las redes sociales y en la que exponía que no cobraba desde el pasado mes de octubre, por lo que no tenía para comer. Además, el futbolista comunicaba en su escrito, que se hizo viral en pocas horas y del que si hicieron eco los principales medios de comunicación del país, que estaba atravesando por una situación crítica y que los responsables de la entidad alcarreña se habían negado a darle la baja, indicando que se sentía un esclavo y que desde el Guadalajara le recomendaron que pidiera ayuda a amigos o familiares y que estaba obligado a entrenar y a jugar porque tenía contrato en vigor.

Tras la difusión de la misiva, el club morado apartó ayer del equipo a Moussa, que no entrenó con el resto de compañeros en la sesión matinal y por la noche, después una reunión de 4 horas entre todas las partes implicadas en este asunto, el presidente del club deportivo, Retuerta, había decidido prescindir de los servicios del centrocampista africano, que ya tiene la carta de libertad en la mano. No obstante, el Guadalajara ha emitido una nota de prensa en la que expresa su malestar por el comportamiento del jugador, al que acusa de faltar a la verdad. Sea como fuerte, el extremo de Mali, que pidió disculpas por todo lo ocurrido a los dirigentes del club, reconociendo haberse equivocado con el comunicado, podrá emprender una nueva aventura futbolística en este mercado de invierno y todo apunta a que su nuevo destino sea el Algeciras, tal y como publicó ayer el diario Europa Sur.

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