El Ushuaïa Ibiza tropieza en la misma piedra por enésima vez

17 abril 2017 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

ushuaia-ibiza-2El conjunto ibicenco es el eterno aspirante de la Superliga masculina en sus cinco temporadas en la categoría

A la cuarta no fue la vencida… ni mucho menos. El Ushuaïa Ibiza Vóley fue eliminado este sábado por 3-0 en las semifinales del play-off por el título de la Superliga masculina, algo que ya se ha repetido en los últimos cuatro años. Pero no sólo sucede en la competición doméstica. El eterno aspirante tampoco ha tenido más suerte en la Copa del Rey y sólo en una ocasión, en la temporada 2013-14, logró superar las semifinales. «Es difícil estar ahí arriba, pero es cierto que se nota bastante cansancio entre los aficionados y el propio club de quedarnos siempre a las puertas», declaró ayer Toni Gino Corona, director deportivo del Ushuaïa.

Esta temporada, el club hizo una fuerte apuesta para nivelar las fuerzas en la Superliga y plantar batalla a los clásicos Unicaja Almería y Teruel y al recién llegado Can Ventura. El primer cambio llegó en el banquillo, con el relevo del propio Corona por Marcelo de Stefano, que hasta entonces había sido el encargado de dirigir la cantera. También se dieron varios pasos para profesionalizar la entidad, aunque sin perder su carácter de gran familia. Por último, se fichó mucho y bien, con la llegada de los internacionales venezolanos Edson Valencia y Héctor Salerno, el colocador Ignacio Sánchez y el punta-receptor Fabián Giraco, además de recuperar a lesionados como Elvis de Oliveira y Adrián Fidalgo.

«Este año era una gran oportunidad de luchar por el título porque, además de mejorar la plantilla, equipos como Unicaja y Teruel, los grandes dominadores en los últimos tiempos, habían perdido competitividad con respecto a la pasada temporada», añadió Corona. Pero, ni por esas. El conjunto ibicenco cerró la primera vuelta como segundo clasificado y, por tanto, cabeza de serie en la Copa del Rey, pero tanto en ese torneo como en la Liga acabó con un resultado decepcionante.

Dos desilusiones

La primera decepción llegó el pasado 25 de febrero en el torneo copero que se disputó en el pabellón Europa de Leganés. Los ibicencos se midieron en semifinales a Teruel, equipo que, pese a vencer en la Supercopa a Unicaja, había dado muestras de debilidad a lo largo del campeonato y, en la primera vuelta, sólo había sumado seis victorias por las nueve del Ushuaïa en 11 encuentros.

El conjunto de Marcelo de Stefano, además, llegaba a ese partido más descansado, mientras que los aragoneses habían jugado el día antes los cuartos de final ante el Fundación Cajasol Juvasa (3-0). Ni siquiera esa ventaja fue suficiente y se perdió con estrépito por 3-0 (23-25 21-25 y 17-25). Posteriormente, Can Ventura se llevó el torneo tras imponerse en el partido decisivo a Teruel por 3-2.

En la Superliga, más problemas. El segundo tramo de la competición fue mucho peor y el equipo encajó cinco derrotas más, por lo que finalizó la fase regular en la cuarta posición con un balance de sólo 15 victorias. Por contra, Unicaja, su rival en las semifinales del play-off, sólo había cedido dos derrotas a lo largo del campeonato, ambas en el tie-break frente a Can Ventura y Teruel.

«Todos dan como favorito a Almería y piensan que somos el rival más débil, pero vamos a demostrar que se equivocan», señaló De Stefano, antes de comenzar la eliminatoria. En los dos primeros partidos de la serie, disputados el viernes 7 y el sábado 8 de abril en el pabellón Moisés Ruiz, se rozó la proeza, aunque Unicaja venció por un doble 3-2. En Ibiza, este sábado en es Viver, ya no hubo discusión posible: 0-3 y para casa.

«Todavía nos falta una sexta marcha para ser un equipo campeón», indicó, tras el partido, el presidente del club, Javier Escandell, que tuvo que esforzarse por morderse la lengua, aunque estaba visiblemente dolido por la eliminación a las primeras de cambio. «Hemos jugado de igual a igual con todos, pero para ganar nos falta suerte o convencimiento», añadió De Stefano. Ahora sólo queda pensar en la próxima campaña y esperar que la suerte cambie.

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