Sports De Ca Nostra

Esta foto de una aficionada ayer en Santo Domingo resume el sentimiento generalizado de todo el mallorquinismo. El equipo parece abocado al descenso a Segunda B, el peor escenario de las cuatro últimas décadas porque significa salir de la órbita del fútbol profesional español.

Me parece absolutamente evidente que ha llegado el momento de hacer algo. Seguir en esta dinámica no lleva a ninguna parte. La poca fe que me quedaba en el equipo la perdí ayer tras el deplorable espectáculo que se vio en Alcorcón y la indigna primera parte con la que los futbolistas mancharon el escudo del Mallorca. Un grupo de profesionales que saben que están ante una final no tienen esa actitud sobre un terreno de juego. Es inadmisible.

No sé todavía lo que pasó durante el rato que estuvieron encerrados a solas en el vestuario Maheta, Recio y Olaizola, aunque lo intuyo. El consejero delegado no quiere cambiar al entrenador. Sin embargo está recibiendo presiones importantes para que lo haga. Conociendo a Maheta, es difícil que le convenzan. Sobre todo porque, tras oír ayer al Vasco en rueda de prensa, me parece evidente que se siente reforzado por el consejero delegado.

Dando en principio por hecha la continuidad del técnico -aunque insisto en que desde el club se le está pidiendo a gritos a Maheta que lo destituya-, lo único que se me ocurre es señalar directamente con el dedo a los jugadores. Una plantilla con 26 futbolistas, todos ellos mediocres, es una bomba de relojería. Ha llegado el momento de elegir a 16 ó 17 y trabajar exclusivamente con ellos. Ni un solo tumbo más.

Quedan 10 partidos. Son 30 puntos en juego. Hay tiempo de sobra, pero no creo que ni un solo mallorquinista albergue la menor esperanza. Quizás lo único que queda en el fondo de esta caja de Pandora es la certeza de que el equipo tocó fondo ayer en Santo Domingo. A partir de ahí, sólo puede mejorar.

futboldesdemallorca (T.Maura)