El padre que intentó pegar al entrenador de su hijo: «Lo que he hecho es injustificable»

16 marzo 2017 | Por lorenzo | Categoria: Fútbol Regional

thumbAfirma que «se le cruzaron los cables» tras un gesto feo del técnico a su interés por el pequeño, que estaba llorando en el banco

El padre que intentó agredir a Marcelo Pintos, entrenador del Insular B alevín de fútbol donde juega su hijo de 11 años de edad, se mostró ayer «arrepentido» y con ganas de «pasar página» tras el incidente. El altercado ocurrió en el estadio de Can Cantó el pasado lunes, cuando se habían disputado 46 minutos del partido entre la entidad de Vila y el Sant Carles, correspondiente al grupo B de la Segunda Regional, y el marcador reflejaba un 3-4.

«Lo que he hecho es injustificable y acepto las consecuencias. Todos nos equivocamos una vez en la vida y a mí me ha tocado esta», aseguró el progenitor, que prefiere mantenerse en el anonimato para que este acto no siga afectando a su vida personal. «Me están linchando en las redes sociales. Me pasa porque me lo merezco, pero no es agradable», añadió.

El partido fue suspendido a petición de los responsables de ambas entidades y después de que los asistentes evitaran la agresión hacia el preparador local. Sin embargo, este padre aseguró que la versión ofrecida hasta el momento «no es exacta» y que se le «cruzaron los cables» cuando vio a su pequeño «llorando y pasándolo muy mal en el banquillo» y el técnico Marcelo Pintos le mandó callar «de malas maneras».

Educación y valores

«Insisto en que no es justificable lo que hice, pero salté cuando vi a mi hijo pasándolo tan mal. El pasado viernes, delante de mi mujer, el niño le tendió la mano [al entrenador] y no se la dio. Ha llegado muchas veces llorando a casa. Yo ya le había dicho que había jugado dos cuartos y era muy posible que no volviera a salir al campo, pero que no se preocupara. Después no sé qué pasó, pero le vi llorar en el banquillo, pedí explicaciones a Marcelo y me mandó callar. Allí fue cuando se me cruzaron los cables», afirmó ayer a este diario, y añadió que nunca se imaginó que protagonizaría un incidente de este tipo.

«He jugado toda mi vida a fútbol. Entiendo a los entrenadores y para mí eran como una figura paterna. Al final, los pequeños juegan para ser educados en unos valores. Es algo que venía de atrás y explotó este día. Cuando se gira y me manda callar… Por suerte evitaron que la cosa fuera a mayores. Cuando me calmé pensé: ‘¿Pero qué he hecho? La que he liado’. Es algo que jamás debería pasar delante de los niños», explicó sobre lo sucedido este padre, que entiende las posibles represalias que le pueda suponer.

«Por supuesto que entenderé si no me dejan entrar dos meses o toda la vida a un campo de fútbol. Pero es que yo tampoco lo haría. ¿Cómo me presento yo allí después de lo que he hecho? Es algo que ya les dije personalmente y ya pedí perdón a todos los padres del club. Pero la forma con la que ha actuado [el entrenador] con mi hijo y con alguno más del equipo no es la correcta», apuntó.

El padre aseguró ayer que «todavía» no ha hablado con el técnico involucrado en el incidente, pero que no tendrá «ningún problema» en hacerlo cuando el Insular lo crea oportuno.

 

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