Vídeo de la persecución al árbitro en A Pontenova (Lugo). Un hombre ante la jauría, algo habitual… y consentido

31 enero 2017 | Por lorenzo | Categoria: Arbitros

INCIDENTESPontenova (Lugo) es en este caso el protagonista de una escena que  se repite de forma habitual en toda la geografía con excesiva frecuencia, no siempre nos enteramos, aquí la grabación y publicación de la persecución se convierte en noticia nacional y puede que un equipo llegue a la «fama» incluso en otros países, no precisamente por méritos deportivos.

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Una persona sola, no se observa protección de ningún tipo, es perseguida hasta llegar a su vestuario, no sabemos que podría haber pasado de no haberlo conseguido. La jauría ¿humana? disfruta desde la grada la valentía de sus hombres. Ya no escribo «árbitro», «futbolistas» o «público», se ajusta mas a la realidad decir que si un hombre solo se juega incluso la vida, el fútbol ya no debería ser considerado deporte.

Culpables todos, incluso los propios árbitros que deberían ser mas solidarios y ante situaciones cuartomundistas como esta, pararse para que la jauría reflexione si es que puede. Las sanciones dependerán del grado de «amistad» entre club y Federación, así funciona en Galicia al menos, no olvidemos cuando el presidente del Club Lemos dijo que si le sancionaban por agredir a un árbitro, se iría de vacaciones a casa de Louzán. Primero se estudia el parentesco, dirección del voto en las elecciones y luego se va a un Reglamento que castiga mas el llamar negro a un negro que intentos de linchamiento o situaciones similares. 

Un lunes como otro cualquiera, una semana como cualquier otra en este circo llamado fútbol, dirigentes en los Juzgados, árbitros perseguidos, condenas rutinarias y público sediento de sangre… y otras sustancias ¿se controla la prohibida venta de alcohol en espacios deportivos. ¡pa que! Pero mañana habrá otras hazañas similares y así siguen viviendo de este cuento unos mejor que otros. Puede que leamos «sanción ejemplar», pero si esto no tuviese la difusión mediática que tiene, podríamos incluso no leer nada. No sería al primer colegiado en Galicia al que «aconsejasen» no contar lo sucedido o incluso contado en el acta, modificar lo escrito. No, nos olvidamos.

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