RCD.Mallorca ; Todos son culpables de este esperpento

5 abril 2015 | Por lorenzo | Categoria: Real Mallorca

DDM042DE004_224147_MANUALEl Mallorca ofrece en Lugo otra bochornosa imagen en un partido condicionado por la expulsión de Saborit a los once minutos al cometer un penalti

El mallorquinismo tiene motivos de sobra para estar indignado y, sobre todo, preocupado. No se puede justificar, de ninguna manera, que laexpulsión de Saborit a los once minutos de juego por cometer un penalti de libro sobre Caballero sea el motivo de la goleada encajada en Lugo (4-0). El tiempo de las excusas, cuandosolo quedan diez partidos para acabar la Liga, se ha terminado y, por mucho que esa acción pudiera condicionar el encuentro, no se puede mirar hacia el otro lado. Hay que asumir responsabilidades porque imágenes como la que mostró en el Anxo Carro, Mendizorroza o La Nova Creu Alta no se pueden volver a repetir, de ninguna manera.

El margen respecto a los puestos de descenso es amplio –nueve puntos, de momento–, pero no se puede manchar el nombre de una institución casi centenaria de esta manera. Y Miquel Soler, como máximo responsable técnico, y todos los jugadores, del primero al último, deben ser señalados como culpables. Sin excepciones. No queda otra. Un punto de los últimos doce en juego es un balance desolador, pero todavía lo es más observar laalarmante falta de intensidad que volvieron a demostrar los futbolistas. No es de extrañar que ya empiecen a surgir voces que reclamen unrelevo en el banquillo, por muy pronto que parezca. El director deportivo Miquel Àngel Nadal debe analizar la situación para que no se le vaya de las manos porque alargar esta terrible dinámica, tanto de juego como de resultados, podría generar un nerviosismo impensable hace un mes, cuando el Mallorca de Soler parecía un equipo competitivo. De eso queda poca cosa. Es cierto que las bajas de Bigas o Arana son importantes en este grupo, pero llegar más tarde que el rival al balón o ser superado con facilidad ya no es cuestión de talento. La decisión de apostar por Gulan como central fue una calamidad, pero es que como lateral izquierdo también lo fue. con Dalmau e Iriome, como sucediera con Collantes hace una semana en Sabadell, el Mallorca sufrió cuchilladas. Pero mejor ir por partes.

Cuando todavía eran once contra once los bermellones ya demostraron que atrás no estaban cómodos, aunque un tiro de Joseluparecía mostrar el camino de que se podía hacer daño. Nada más lejos de la realidad. El Lugo, con una facilidad pasmosa, certificó el triunfo endoce esperpénticos minutos. Saborit cometió penalti por empujar, por mucho que fuera levemente, a Caballero. La roja se tradujo en que el Mallorca se quedó con uno menos y que el propio ariete de los gallegos adelantó a los suyos. Sin embargo, ninguna inferioridad puede justificar lo que vino después. Es complicado discutirle el balón a los de Setién, cierto, pero no se pueden bajar los brazos de una forma tan bochornosa. El lateral Dalmau se internó por la banda ante la mirada de Gulan y compañía y Toni, dentro del área, tuvo el tiempo suficiente para controlar y batir a Cabrero con toda la comodidad del mundo.


El mallorquinista Héctor Yuste intenta presionar a un futbolista local.

Con el 2-0 Soler movió ficha al retirar a Joselu por Ros, pero no sirvió para nada. Por esa banda, otra vez, Pita envió un certero pase sin oposición a Pelayo, que puso el 3-0 en el electrónico. Los baleares se miraban los unos a los otros como si el culpable fuera el de al lado, una vergüenza a los veinticuatro minutos de juego. El partido ya no tuvo más historia porque el Lugo dejó de apretar el acelerador y el Mallorca estaba absolutamente noqueado.

Solo faltaría que en la reanudación los visitantes no hubieran intentado lavar la cara. Marco Asensio, que pegado a la banda disminuye su influencia en el juego, lo intentó, al igual que Pereira e inclusoTruyols, aunque solo fuera para disimular. No obstante, lo único que sucedió de verdad fue unpenalti, fruto de la impotencia, de Cendrós sobre Caballero, que Manu se encargó de marcar. Este 4-0 duele demasiado, algo que el vestuario de Son Bibiloni debe tener claro. Falta autocrítica. Sobran excusas. Hay que espabilar.
Diariodemallorca.es

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