0-2. Un equipo destrozado

8 febrero 2015 | Por lorenzo | Categoria: Real Mallorca

18b4d16401d2a1438fe7795ba871551c_XLSe puede respetar cualquier valoración sobre la calidad de esta plantilla y sobre el objetivo que está capacitada para alcanzar, pero lo que no admite discusión es su desidia. El Mallorca es un equipo destrozado que se entrega a su suerte y que ni siquiera pelea el resultado. Puede ser debido a su mala preparación física o su nula estimulación mental, pero lo que se ha visto hoy ante el Leganés es impropio del fútbol profesional. Ha habido ratos en los que el rival, un recién ascendido, parecía un clon del mejor Milan de Sacchi. Pero lamentablemente no por la calidad de sus jugadores, sino simplemente porque los del Mallorca ni siquiera les presionaban.

La desafortunada etapa de Valery Karpin en el Mallorca debe acabar cuanto antes. De hecho, se ha perdido un tiempo precioso que ya no se va a recuperar. No se sabe a qué juega el equipo, desde el banquillo sólo se da la impresión de moverse a tumbos, y la degradación de determinados jugadores es cada vez más evidente. Mientras, hibernan en el banquillo o en la grada futbolistas a los que el propio entrenador ha decidido marginar sin que se sepa exactamente por qué.

El Leganés no hizo más que lanzar la caña para pescar en aguas revueltas. Durante la primera parte se aprovechó del desastre perpetrado por Karpin, que alineó en paralelo a dos medios centros defensivos como Joao y Yuste, lo que provocó un boquete de considerables dimensiones entre ellos y su siguiente compañero. Por ahí aprovechó el equipo madrileño para salir con el balón controlado en ventaja numérica y llegar hasta el borde del área una y otra vez. Cabrero salvó el 0-1 ante Chuli, pero no pudo hacer nada ante una volea de Diego Aguirre y ante otra jugada del propio Chuli, que volvió a encararle en solitario. El Mallorca, por su parte, sólo pudo oponer un jugadón de Marco Asensio que acabó en el travesaño. Nada más.

Tras el descanso se esperaba que, por lo menos, el equipo tirara de cojones -perdón por la expresión, pero es la que mejor define la situación- y empujara al Leganés hacia su propia área, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, para los de Garitano fue un segundo tiempo extraordinariamente plácido en el que su portero Daniel Barrio no tuvo que intervenir ni en una sola ocasión. Es más, dio siempre la impresión de que estaba más cerca el 0-3 que el 1-2.

Al final derrota terrible para el Mallorca, que se queda a un paso de las posiciones de descenso. Es la consecuencia de haber mantenido a un entrenador que lleva pidiendo el despido desde hace muchas, pero muchas semanas.
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