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Dije la semana pasada que le quiero conceder a Claassen el beneficio de la duda porque todo recién llegado se merece una oportunidad para demostrar que está capacitado para llevar su proyecto a buen puerto. De entrada el nombramiento como vicepresidente de Monti Galmés, al que no conozco, pero de quien tengo buenas referencias, me parece todo un acierto. En cuanto al resto de nuevos consejeros, me manifiesto incapaz de juzgarles porque no tengo información sobre ellos, así que de momento prefiero esperar.

Como he dicho, estoy dispuesto a darle un margen a Claassen, pero lo que de ningún modo voy a hacer es ponerme una venda en los ojos con respecto a la farsa que han escenificado para vender la salida de Cerdà como una ejecución pública. Claassen pretende aparecer ante la afición como la persona que ha conseguido expulsar del Mallorca al más nefasto directivo de toda su historia, con el objetivo de ganarse su simpatía, pero en realidad todo está pactado y es más que evidente que forma parte del trato que estos dos tienen suscrito desde hace semanas, y que a fin de cuentas es el que ha propiciado el asalto al trono del directivo alemán.

“No sé que intenta Cerdà, pero como ejecutivo de esta entidad él forma parte del pasado y espero que pueda haber una salida digna durante estos trece días”, dijo ayer Claassen para preparar el terreno ante el despido del presidente-inventor en la Junta General de Accionistas o su próxima dimisión. ¿Pero de verdad hay alguien que se pueda creer que Cerdà renunció a 2 millones garantizados de Aouate y a 1,5 de Ghirelli para ahora irse con una mano detrás de la otra? ¿De verdad alguien puede creer que Cerdà y Claassen no están compinchados después de ver como en el último Consejo Cerdà votó a favor de la presidencia de Claassen sólo minutos después de que el alemán hubiera votado su despido? Como le he dicho muchas veces a través de las redes sociales a Utz, los mallorquines podemos tener muchos defectos, pero entre ellos no está la falta de inteligencia. Y para detectar esta farsa, además, tampoco hace falta tener muchas luces.

Sigo preguntándome cuánto ha sacado Cerdà de todo esto. Estoy seguro de que suficiente como para sentirse satisfecho. Le arriendo la ganancia mientras no vuelva a aparecer por el Mallorca porque, por cierto, Claassen aseguró ayer que “de ningún modo Cerdà seguirá vinculado al club”.
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