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El fútbol es el deporte rey en España, es ese espectáculo que logra reunir a millones de personas delante de un televisor y que si no sigues eres el bicho raro de la pandilla y te quedas sin tema de conservación con los amigos. En cambio, si se habla de la modalidad femenina la cosa parece diferente.

En las Illes Balears hay un equipo que está en la máxima categoría nacional, la Unión Deportiva Collerense, que juega en la Primera División. El conjunto palmesano es una muestra clara del funcionamiento de este deporte en España. El grupo que entrena José Antonio Sánchez –que ha tomado las riendas del equipo que dirigía Miquel Bestard hasta finales del año 2014– se encuentra en la parte mediabaja de la tabla (es décimo de 16 equipos) y fija su objetivo, como cada año, en mantener la categoría.

Según explica la jugadora Maitane López esta competición es muy «desigual» ya que «los de arriba están respaldados por un equipo masculino» y por ello pueden pelean por ganar la competición e ir a la Copa de la Reina. «Los humildes luchamos por no descender», afirma.
La estima que se tiene del fútbol femenino no es tan grande como la que se tiene por el masculino, pero parece que se está produciendo un cambio en las últimas temporadas. «Comparado con hace dos años, el fútbol femenino está mejor valorado y poco a poco va creciendo», explica Patricia Guijarro.

Si grandes figuras del balompié masculino como Radamel Falcao, Javi Martínez o Cesc Fábregas han abandonando la competición española en favor de la Premier League inglesa o la Bundesliga alemana, no parece que en el caso de las mujeres vaya a ser diferente, ya que en el extranjero se respeta más el deporte femenino. «Alemania, Inglaterra o Suecia consideran a la mujer y el deporte femenino igual que el masculino», comenta López. Además, explica que tiene una amiga militando en el equipo de féminas del Bayern de Munich. «La tratan igual que si fuera un jugador masculino en España», sentencia.

Maitane López y Patricia Guijarro son internacionales con las selecciones de España sub-21 y sub-17, respectivamente. El fútbol de mujeres no tiene, en nuestro país, la difusión que las jugadoras querrían, pero se espera que se revierta la situación debido a que en el último año los equipos nacionales se encontraron en estado de gracia. El primer triunfo llegó de la mano de la sub-17, que logró el subcampeonato del mundo, y en verano fue el turno de la sub-19, que consiguió la segunda plaza en la Eurocopa.

Para cerrar ese gran año futbolístico, la selección mayor alcanzó el pase al Mundial 2015 que se celebrará en Canadá. «Creo que con la clasificación de la absoluta femenina para el Campeonato del Mundo se pueden cambiar algunas cosas», comenta López.

«Novedad, ganas e ilusión», son las palabras de la jugadora del Collerense para definir qué aporta el fútbol femenino. Tres conceptos que, a pesar de la rareza –para aún muchas personas– de ver jugar a una mujer al balompié, explican el porqué de que ambas jugadoras decidieran dedicarse a este deporte por placer.

«De pequeña escuchaba comentarios como ´te la ha quitado una niña´ o marimacho», recuerda Maitane López, quien procede de familia de futbolistas ya que es sobrina de los exjugadores de la Real Sociedad Aitor y Luis María López Rekarte (este último tamién jugó en el Barça y en el Mallorca).

Por su parte, Patricia Guijarro confiesa que es jugadora porque su padre «es un gran futbolero» y ella siempre estaba «pegando patadas al balón». La internacional sub-17 se muestra crítica con la difusión que se da al fútbol femenino, aunque según comenta en los últimos tiempos está cambiando e incluso ofrecen tres partidos por fin de semana. «Nosotras hacemos todo lo posibles para salir en la televisión o en las redes sociales, intentamos que se nos conozca», señala. «Antes era seguidora del fútbol masculino, pero ahora me aburre oír hablar de Messi y Cristiano», sentencia Guijarro.

«Se necesita un cambio»

El fútbol es un deporte y a veces es algo más, es un sentimiento, pero para que las mujeres puedan formar parte y sentirse queridas de la misma forma que ocurre con los hombres es necesario, según López, «un cambio en la gente, en los medios y en la federación».
Además, remarca que sería importante para las jugadoras conseguir que grandes marcas las patrocinen ya que la única que da apoyo a las jóvenes promesas es la marca española Joma. «Nosotras solas no podemos», concluye.

La Agrupación Deportiva Son Sardina Hospital Clínic Balear también tiene sección femenina. Su primer equipo milita desde esta temporada en el Grupo III de la Segunda División nacional por primera vez en la historia y después de lograr el ascenso en la pasada campaña. No se le está dando nada mal a las mallorquinas la temporada, ya que se han situado en la parte alta –alternan la tercera y cuarta posición desde hace varias jornadas–, aunque aún lejos del líder Levante Las Planas. Los entrenadores son David Vilamosa y  Margalida Mas, quien fue entrenadora de la selección catalana sub-16 en 2010 y jugó el año pasado en el Son Sardina. La intención del club palmesano, que preside Jaume Martorell con una dinámica y participativa directiva, es mantener la categoría para que las jóvenes promesas del fútbol femenino puedan tener un referente y una meta.

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