La única forma de salir adelante con éxito » Cómo me comporto con mis jugadores»

7 octubre 2014 | Por lorenzo | Categoria: Fútbol Base

IMMERSION EN ACCION 2008-2009 082NUEVO ARTÍCULO EN EL BLOG DE JAVIER MARCET QUE NOS AYUDARÁ A MEJORAR NUESTRA RELACIÓN CON NUESTROS JUGADORES DEL EQUIPO Y ESO REPERCUTIRÁ EN SU RENDIMIENTO.

En un equipo de fútbol conviven jugadores de todo tipo. Algunos son unos egoístas o son muy orgullosos, otros son algo raros o muy extrovertidos, también hay jugadores que desde el primer momento te atraen más por su compromiso o su calidad técnica. 
¿Cómo he de comportarme con ellos?
Sin querer podemos tener un especial aprecio a unos y una cierta antipatía a otros. Es algo muy normal y muy humano. Lo mismo pasa en tu empresa o en tu familia. Siempre hay un hijo preferido, por lo que sea. Pero has de tener claro que una cosa es lo que sientes por ellos y otra lo que debes hacer por ellos. 
La palabra amor tiene muchos significados. Uno puede pensar que el amor en un sentimiento pero, de hecho, si investigamos un poco, podemos averiguar que los griegos tenían varias palabras para nombrar el amor: 
eros, storgé, filia y por último agápe. 
No vamos a detallar las diferencias semánticas de cada uno de estos términos en este artículo porque nos alejaríamos del tema que queremos plantear pero sí que podemos eternos en éste último Agapé es un amor de tipo incondicional, fundado en el comportamiento con los demás, independientemente de sus méritos. No es un sentimiento sino un comportamiento. Esta aclaración nos puede ayudar a comprender que independientemente de lo que sienta por mis jugadores, mi comportamiento con cada uno de ellos debe ser muy especial.
Si deseas ser un auténtico líder de tu equipo debes ser capaz de comportarte bien con cada uno de los miembros del equipo. No siempre vas a poder controlar tus sentimientos hacia los jugadores. Como ya he comentado, unos tendrán más afinidad contigo que otros aunque ellos no lo sepan. Sin embargo siempre voy a poder controlar mi comportamiento hacia ellos. Los sentimientos como vienen, se van. 
Muchas veces depende de cómo nos encontremos. Puede ser que un jugador de mi equipo sea especialmente antipático y no me caiga bien pero aún así puedo ser paciente y respetuoso con él, aunque él no se porte bien. No serás líder de tu equipo si tienes preferencias, si destacas siempre a los mismos, si no valoras los esfuerzos de aquellos que no te caen tan bien, si hablas siempre con los mismos, si enfocas tus simpatías sobre los que mejor te caen, si no haces un esfuerzo por apreciar a los que peor te caen, si no consigues apreciar a los que no aprecias todavía. ¿Estás dispuesto a poner empeño en este punto vital de un entrenador que quiere realmente liderar a su equipo?
Un entrenador que desea ser líder debe intentar sacar adelante a todo el equipo independientemente de su forma de ser o de la afinidad que uno tenga con él.
Volviendo a la historia de Shackleton, http://youtu.be/c6wMcTAqBBE  hay un momento en que algunos de los marinos que van con él le critican y le discuten. No están de acuerdo con lo que les pide. Pero este auténtico líder consigue ganarse uno a uno a los miembros de la tripulación para conseguir estar unidos pues él sabía que era la única forma de salir adelante con éxito. Consigue salvar a toda la tripulación cuando lo más razonable hubiera sido la muerte de todos ellos.
¿Quieres saber que valores son los que precisas para poder comportarte adecuadamente con los jugadores de tu equipo?: 
PACIENCIA, AFABILIDAD, HUMILDAD, RESPETO, GENEROSIDAD, INDULGENCIA, HONRADEZ, COMPROMISO.
Como podemos apreciar, todos estos calificativos son comportamientos y no sentimientos.
Y, curiosamente, estas características del entrenador pueden considerarse una buena definición de liderazgo.
Analicemos el primer punto, la PACIENCIA: 
El diccionario la define como: mostrar domino de uno mismo. 
El entrenador como líder debe dar ejemplo de comportamiento a sus jugadores. Si el líder se pone a gritar o muestra cualquier forma de falta de dominio sobre sí mismo, está claro que no puede esperar que el equipo se controle o se comporte con responsabilidad.
¿Cómo nos comportamos en el campo de fútbol? ¿Tenemos paciencia y confianza en nuestros jugadores o siempre estamos gritando como posesos? ¿Nos damos cuenta de lo ridículo de nuestra situación? Grábate en vídeo y míralo con detalle. Verás cómo se te cae la cara de vergüenza viendo tu forma de vivir el partido. 
Es importante que se vaya construyendo un entorno alrededor del equipo en el cual los jugadores tengan la seguridad de que si cometen un error, no se le va a montar un pollo tremendo sino que se le va a animar a seguir intentándolo.
¿Estas dispuesto a cambiar tu actitud en los partidos o seguirás tratando de esta forma a tus jugadores? Un líder no tiene nada que ver con esto. Los resultados se consiguen con paciencia y no con gritos y expresiones que lo único que transmiten es una desconfianza total en tus jugadores.
El entrenador tiene la obligación de exigir responsabilidades a los jugadores de su equipo pero hay muchas formas de respetar su dignidad sin pasar por alto sus deficiencias. Evita dejarlos en ridículo delante de los demás compañeros. Intenta encontrar el momento más adecuado para transmitirle lo que piensas y muéstrate siempre muy positivo y sincero.
Hemos de tener claro que vienen al equipo a disfrutar no a sufrir. No son esclavos ni animales a los que tengamos derecho a apalear. Como líderes nuestro trabajo consiste en señalar cualquier desajuste que pueda darse entre los objetivos establecidos y el trabajo realizado, pero no hay que darle nunca un cariz emocional. 
¿Hay que corregir? Por supuesto que un entrenador debe corregir pero hemos de tener claro el objetivo que perseguimos con esta acción. Cuántas veces nos falta la paciencia necesaria para actuar con calma a la hora de tomar medidas disciplinarias y cometemos verdaderas injusticias con los jugadores por dejarnos llevar por los sentimientos de ira o de rabia. Al pasar un tiempo, nos damos cuenta de que hicimos el ridículo y fuimos muy injustos con ese jugador que no se merecía para nada aquel berrinche personal. Al final son ellos quienes lo terminan pagando.
El objetivo de cualquier acción disciplinaria debe ser corregir o cambiar un comportamiento, entrenar a la persona, no castigarla. 

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