Ampliación o desaparición

24 septiembre 2014 | Por lorenzo | Categoria: Real Mallorca

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cerda-copa-peñas

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Un Consejo para la supervivencia del Real Mallorca. La celebración del mismo está en manos del presidente Biel Cerdà, el único que tiene potestad para convocarlo, pero no da señales de vida. Desde que el pasado día 11 el máximo accionista Llorenç Serra Ferrer solicitara por escrito la celebración de un Consejo para abordar una posible ampliación de capital, el presidente solo se ha pronunciado para advertir que no lo convocará si no acuden la totalidad de los miembros del Consejo, en una clara alusión a Serra Ferrer, que desde el mes de febrero se ha ausentado de las reuniones.

Según estipula la ley, el presidente dispone de un mes para acceder a la petición de un accionista para la celebración de un Consejo. Hasta el próximo 11 de octubre faltan 17 días. Esta es la fecha marcada en rojo para la supervivencia del club. O los actuales dirigentes se ponen manos a la obra o el Mallorca tiene muchos números de no alcanzar el centenario, en marzo de 2016.

Y parece que no están por la labor a tenor de los mensajes cruzados entre Serra Ferrer y el grupo de Utz Claassen, reproducidos ayer por este diario. El pobler lo tiene claro: hay que ir a una ampliación de capital. El grupo del alemán se limita a responsabilizar al máximo accionista de haber abocado al club a la actual situación de colapso. «Declinamos cualquier responsabilidad para las consecuencias de la actuación del señor Serra Ferrer durante los años pasados en sus funciones múltiples como vicepresidente, consejero, máximo accionista, expresidente en funciones, exconsejero delegado, exapoderado y ex director deportivo». La respuesta de Serra Ferrer es más escueta: «¿Es o no necesaria la ampliación de capital? A nuestro juicio sí. ¿Y para ustedes?».

En cuanto los propietarios de una empresa advierten problemas de liquidez están obligados a acudir a una ampliación de capital. El problema para el club se agrava porque tiene ante sí un convenio de acreedores de obligado cumplimiento. Si no lo hace, el juez ordenaría la liquidación de la sociedad y la subasta de sus bienes en cuanto se produjera una denuncia que no pudiera ser atentida.

La ansiada venta de Aouate a Cerdà no se concreta ni parece que vaya a producirse. La ruptura entre ambos es total después del órdago que se lanzaron la semana pasada, acusándose mutuamente de falta de lealtad. El caso lo han puesto en manos de sus respectivos abogados, pero para Cerdà el tema está claro: o le ofrece garantías de pago de los 2,9 millones de euros en que ha valorado el cinco por ciento de sus acciones o la operación no se cerrará. Incomprensiblemente, Aouate no se rinde, aunque tampoco da un paso adelante. Hace quince días aseguró que el pasado viernes presentaría las pruebas de su solvencia económica y las garantías de pago. Pero todavía se le espera. De momento, se limita a ver desde el palco la hecatombe del equipo en el terreno de juego, sin vías de solución.

El pasado 9 de septiembre el director general Juan Barrios alertaba en una carta a los accionistas que no hay dinero para hacer frente a los pagos de este mes. El final de mes de acerca y la situación es dramática. El club está paralizado, tanto en los despachos como en el terreno de juego. Una situación de parálisis que puede resultar letal.
diariodemallorca.es

 

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