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 «Si subimos el mérito no será mío, obviamente. El trabajo del ascenso ha sido de Pep Alomar». Con estas gentiles palabras de reconocimiento respondió ayer el nuevo entrenador del Mallorca B, el exdelantero internacional Pepe Gálvez, que este año dirigió al juvenil de División de Honor y que sustituye al técnico pobler, que se ha hecho cargo de la primera plantilla. Mañana (18:00 hora, por IB3 TV) juegan en Tenerife ante el Atlético Granadilla.

El filial mallorquinista, campeón del grupo balear de la Tercera División, disputa en estos momentos la fase de ascenso a Segunda B. Los rojillos golearon en la ida al primer clasificado de Canarias por 3-0, circunstancia que coloca al Mallorca B a un paso de volver a la categoría de bronce, ya que en la fase de campeones el ganador de la ronda sube directo.

«No diré que sea un mal resultado, pero ni mucho menos está hecho. En este tipo de eliminatorias y ante un rival veterano, que empleará cualquier tipo de artimaña para vencer y debilitarnos, no hay nada seguro. Será un infierno», comentó Pepe Gálvez.

El de Calvià apuntó que ha aceptado el cargo como hombre de club, pero que el trabajo ya está hecho. «Estoy para sumar un poco. Ayudaré, por mi experiencia, a los jugadores de qué se encontrarán allí, donde sabemos que los adversarios lo pasan muy mal. También estoy para buscar soluciones en el transcurso del partido», indicó.

En cuanto a si puede afectar a los jugadores un hipotético descenso del primer equipo, circunstancia que les dejaría sin premio, Gálvez dijo: «No hemos hablado de eso, en ningún momento. Los jugadores están concienciados de que han de salir a muerte ante un adversario y un escenario que no será el mismo que el pasado domingo en Palma. Luego, y es una opinión mía, sería una pena que no se pudiera subir. No obstante, confío plenamente en el trabajo de Javier Olaizola y Pep Alomar y estoy seguro de que el equipo no descenderá».
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