La Transtramuntana 4500 celebró su primera edición

28 octubre 2013 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

131026_transtramuntanaExhautos, cansados, sin poder dar ni un paso al bajarse de la bicicleta, pero con una gran sonrisa de satisfacción por haber completado el recorrido. Así estaban los valientes corredores que participaron en la primera edición de la Transtramuntana 4500, una prueba de cicloturismo extremo que recorrió la mallorquina Serra de Tramuntana y que se celebró el sábado 26 de octubre de 2013.

“Es lo más duro que he hecho nunca”, “Increíble, te lleva al límite”, “Es una pasada, preciosa”, eran algunos de los muchos comentarios que se oían frente al restaurante Tolo’s de Port de Pollença, lugar de inicio y fin de esta carrera cicloturista. Los 235 kilómetros de recorrido y sus 12 puertos de montaña, que sumaban 4.500 metros de desnivel, hicieron mella en algunos de los 35 participantes que salieron a las 8 de la mañana y que no pudieron completar este reto. Pero para el CC Arenal, organizador de la prueba, es como si todos hubieran llegado al final, porque la ilusión, el esfuerzo, la simpatía y la amabilidad que cada uno de ellos demostró en las difíciles rampas mallorquinas, fue de agradecer eternamente.

Los primeros en llegar a la línea de meta lo hicieron a las 17.15 minutos, 9 horas después de que comenzaran a dar pedaladas con los primeros rayos de sol. Los últimos en llegar, ya con la noche en los talones, sobre las 19.15 horas. Más de 11 horas subido a una bicicleta… ¡Espectacular derroche de amor por las dos ruedas!
Del recorrido destacar dos hechos que marcaron la prueba. El primero, el alto ritmo con el que el grupo cabecero comenzó la marcha, llegando al avituallamiento de Es Capdellá, kilómetro 125, con un promedio de 28 kilómetros por hora. Brutal. Además, las diferencias entre todos los corredores no era superior a los 30 minutos. El segundo lance destacable ocurrió después del plato de pasta que la organización ofreció a los corredores en Es Capdellà: el Coll de Galilea, el Coll des Grau y el Coll de Sóller fueron un calvario para muchos de ellos, rompiéndose definitivamente la carrera. Muchos llegaron absolutamente rotos a la cima del Coll de Sóller, ubicación del penúltimo avituallamiento. Allí, el cansancio y la fatiga eran máximas. Calambres, tirones, dolores de espalda… El momento más delicado del día. Algunos optaron por hacer una parada más larga para recuperar fuerzas, otros no quisieron ni bajarse de la bicicleta para no romper el ritmo. Y todavía quedaba el Puig Major.
La última ascensión fue muy larga, dura, y con las fuerzas al límite, por lo que todos subieron a su ritmo, sin prisas, y pensando en un único objetivo: la meta. El final ya es historia: alegría, satisfacción, buen humor, ganas de descansar y de volver, o por lo menos eso es lo que decían mientras reponían fuerzas, gracias a 3Action. El primer año fue inolvidable. ¿Y los próximos? Seguro que también.

www.transtramuntana.com

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