Sports De Ca Nostra

El Ushuaïa Ibiza Voley necesita un extra de euforia para funcionar a toda máquina. Mejor si el partido se revoluciona, la música del juego enloquece y el guion se desboca. Que los puntos naveguen sobre el espectáculo, que sobren los motivos para celebrarlos tanto en la cancha como en la grada. Ayer, el rendimiento ibicenco ante el Unicaja Almería fue oscilante. De abajo a arriba y del cielo al suelo para acabar el encuentro en línea ascendente, sumando dos puntos y, como recalcaría Toni Gino en la zona mixta, diciéndole a los otros diez equipos de la Superliga Masculina que en Ibiza se va a pelear por quedar lo más alto posible en la tabla. La frase llegó tras haberle ganado 3-2 al actual defensor del título. Amén.

Cuando la pelota ganaba velocidad sobre la pista era el CV Eivissa el piloto que mejor se manejaba, sacando de rueda a unos cajistas que acabaron estrellándose en el quinto set. En Es Viver se iba a toda pastilla, pero se trataba de una carrera de resistencia al estilo de las 24 horas de Le Mans o Montmeló. Exactamente, se jugó al voleibol durante dos horas y 18 minutos, tiempo suficiente para darse cuenta de que hoy por hoy el continuismo del Ushuaïa está por encima de los fichajes almerienses. «¿Dónde está visto que un equipo campeón venda a todos sus jugadores y tenga que hacer una plantilla mucho más barata?», se quejó en los aledaños del pabellón vilero Piero Molducci. Al técnico del Unicaja no le encajan las piezas de su nuevo puzzle. Dos partidos, dos derrotas. Un solo punto. Los 20 saques que marraron los suyos en la isla son una muestra de su desesperación, descargada sobre Hage.

El estratega italiano incluso llegó a darle la espalda al partido para aleccionar a este brasileño, uno de los tres que este verano ha fichado el Almería, con una charla más cercana al interrogatorio policial que al psicoanálisis. Tras sus hombros, su Unicaja naufragaba tras llevarse un primer set en el que los verdiblancos fueron más sólidos que los locales (20-25), desquiciados por unos árbitros que perjudicaron claramente a los amarillos. Especialmente cuando –con 19-21 y el set al rojo vivo– dio por bueno un remate visitante que había salido del rectángulo. Consecuencia: los de Gino se desconectaron.

Sin embargo, al regresar a la cancha, Folguera cogió el timón con ganas y entre Ronchi y el repuesto capitán Solanas le daban la vuelta a la tortilla hasta poner en el marcador un 25-16 que destapaba el tarro de las esencias y multiplicaba la esperanza en dar un buen mazazo tras perder en Teruel siete días antes. Pero el Unicaja no estaba muerto. Supo medrar en el tercer parcial, que transcurrió muy igualado (7-7, 10-10, 14-14) para escaparse en el momento justo, entre fallos de un Guerrero que no encontraba el camino hacia el punto, y alzar en el electrónico un inquetante 23-25. La segunda remontada del curso Tocaba remontar, igual que ante el Vecindario. Aferrarse a la emoción.

El todo o nada salió a la perfección. Fidi aupaba en el bloqueo a todo aquel que quisiera acompañar a sus 205 centímetros, cerrando una defensa que aportaba los puntos que no salían del brazo de Ronchi, deslumbrante en el opuesto. Así remontaron un 22-23 en el cuarto acto, alargado en un toma y daca de acciones agónicas hasta el 26-24. El Ushuaïa había pintado un paisaje con trazos heroicos. Tocaba poner la firma y la escuadra amarilla lo hizo arrollando (15-10) a un desdibujado Unicaja, incapaz de reconocerse en el equipo que levantó el título de Superliga hace solo medio año. (Diariodeibiza)