Sports De Ca Nostra

Empezó la liga autonómica femenina, un mes antes respecto a las anteriores temporadas. Pese a tener la sensación de que es demasiado pronto y de la falta de rodaje, el domingo nos subimos en el avión destino Palma de Mallorca para enfrentarnos a un rival difícil, el Algaida, en un campo donde el año pasado no tuvimos tanta suerte.

El primer partido siempre es especial, no sabes a que nivel te encuentras. Si es complicado jugar a fútbol para las mujeres todavía lo es más si estas en una isla como Menorca. El hecho de haber sólo un equipo de fútbol 11 nos impide realizar torneos de verano o partidos de pretemporada.

Pero una vez en el vestuario, cambiadas, minutos antes de salir al campo después de tres largos meses… no hay excusas. Ya no vale pensar que has hecho y que no has hecho, debes salir con la única idea de sacar algo positivo de ese partido.

Nerviosa, levanto la cabeza y observo a las más veteranas con la mirada puesta hacia ninguna parte, con el mismo nerviosismo que yo siento. No importa que en nuestras espaldas llevemos muchos minutos acumulados de juego, la sensació es la misma como la de un niño que juega su primer partido.

Unimos nuestras manos, un grito muy fuerte y todas al campo. Empieza la cuenta atrás, 90 largos minutos de entrega y concentración donde sabemos que cualquier mínimo error nos puede salir muy caro.

El partido transcurre como lo esperado, con continuos ataques por parte del Algaida durante todo la primera parte. Nos limitamos a presionar y en el minuto diez, bajo mi opinión, tras una falta de ataque no sancionada, la jugadora local número 9 María Barceló, remata a placer tras deshacerse de la defensa de manera antirreglamentaria subiendo en el marcador el 1-0.

Poca cosa más en la primera parte. Nos vamos al vestuario con la sensación de que no es suficiente, que podemos dar más y, lo más importante, todavía quedan 45 minutos para sacar algo del encuentro. Tolo Bagur, el míster se limita a animarnos, a hacernos creer que se puede, que no hay nada perdido y cambiamos el sistema de juego para dar otro aire al partido.

La segunda parte es diferente, otro partido, aguantamos muy bien sus ataques ofensivos y aprovechamos las contras. En el minuto 53 Irene, tras un centro de María, controla el balón y dispara al segundo palo firmando el empate.

Sabemos que un empate es un buen resultado pero nuestro afán no acaba ahí. No nos ponemos límites y en el minuto 76 María, tras un mano a mano con Lin Garcia la portera, ponía en el marcador el 1-2 definitivo ante la incredibilidad del equipo local.

Los últimos 10 minutos fueron interminables hasta que sonó el pitido final del partido que certificaba el triunfo inesperado. Sin duda, ganar así es una inyección de moral para el equipo, para seguir trabajando y creyendo en lo que hacemos.

Sabemos que esto acaba de empezar, que sólo es la primera batalla de 19 que todavía nos quedan, pero nadie nos puede quitar este dulce sabor a caramelo que se nos ha quedado tras un partido complicado donde la victoria nos ha cogido a muchas por sorpresa.

Nada es imposible para este equipo que si tiene algo bueno es que es un bloque unido dirigido por Tolo Bagur un gran director de orquesta.

Ahora a pensar ya en el próximo partido contra el equipo recién ascendido el Soledad Atlético.

LAURA RUIZ
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