La unión entre el fútbol y el fútbol sala parece de moda, pero, ¿ha sido siempre fructífera?

7 septiembre 2013 | Por lorenzo | Categoria: Fútbol Sala

Ffutbol-desembarca-canchasC Barcelona, Real Betis, Levante UD, Hércules C.F., Elche C.F…. Esta temporada las primeras categorías del fútbol sala nacional se han plagado de nombres, colores y escudos del campo de césped. Los clubes de fútbol parecen haber encontrado en el 40×20 un mercado interesante en el que aportar su imagen y han suscrito convenios de colaboración con sus vecinos del balón pequeño. Pero este desembarco masivo de este año tuvo sus pequeños escarceos también a lo largo de la última década. Fueron todas, excepto la apuesta culé, experiencias desafortunadas y que no tuvieron vida más allá de una temporada.

Durante muchos años el FC Barcelona ha sido el buque insignia de la presencia del fútbol en el fútbol sala y su navegación por el mundo de nuestro deporte no ha sido siempre el camino de éxitos de las últimas campañas. En los primeros años de vida de la LNFS fue, junto a la breve experiencia del Atlético Madrid en Leganés o la del Real Jaén en Plata, la única incursión futbolera sobre el parquet. Pero, en ese futsal aún adolescente era tan sólo una presencia ‘exótica’ en medio de un juego dominado por un gigante llamado Interviú.

Atrás quedaron ya sus descensos a División de Plata, el último en 2003, y su pelea infructuosa durante años por volver a la élite, cuando eran el patito feo de la entidad y tenían que mirar acomplejados la gran cosecha de títulos de sus compañeros del Palau Blaugrana. Su vuelta a la División de Honor en 2006 supuso el revulsivo que, unido a la fuerte inyección económica de la directiva a la sección, ha puesto a los culés como la gran referencia del fútbol sala mundial y un símbolo más de la filosofía de la entidad blaugrana como club multideportivo.

Antes mencionábamos al Atlético de Madrid con un fugaz proyecto en Leganés a mediados de los 90. Si bien su paso por el fútbol sala masculino fue discreto, no lo está siendo su andadura por el femenino. El Futsi Atlético Navalcarnero es uno de los grandes del país y muchas de las jugadoras colchoneras forman parte de la columna vertebral de la selección española. Una Liga, tres Copas, dos Supercopas y una Copa Ibérica son el bagaje de otra de las colaboraciones más exitosas del fútbol sala patrio y uno de los símbolos de un fútbol sala femenino por el que también pasó sin tanto éxito otro ilustre como el Racing de Santander. Viendo los buenos resultados del club del Manzanares, también el AD Alcorcón ha apostado esta campaña por el futsal con su apoyo al Ciudad de Alcorcón- Las alfareras lucirán los colores y el escudo de sus homónimos del campo grande.

Fuera de azulgranas en chicos y colchoneras en chicas, ninguna de las demás apuestas ha sido por la de un equipo de estructura propia, sino que en todos los demás casos fueron fórmulas de fusión o patrocinio con equipos de futsal ya existentes y, en su mayoría, se mostraron ineficaces y se saldaron con rotundos fracasos.

Uno de ellos es el del otro precedente de la presencia del fútbol en máxima categoría de la LNFS. Fue el fugaz paso del RC Celta de Vigo (Cometal Celta a efectos comerciales) por la División de Honor en la 2006-2007. El club, nacido de una fusión del Muebles Caloto, ya en la élite, con el Vigo FS de Nacional A, descendió a final de temporada. El año siguiente el club debía haber formado parte del Grupo Norte de la División de Plata, pero se retiró antes de comenzar la competición dejando al grupo cojo con dos equipos descansando cada jornada. Sin duda el peor broche a la pírrica andadura celtiña por nuestro deporte.

Otro club pionero en los primeros años del siglo XXI fue el RCD Espanyol. El club perico apostó fuertemente por un histórico de la División de Plata que buscó durante muchos años el ascenso infructuoso a la élite, el Maxon Montcada. Durante la 2002-03, el Miquel Poblet fue blanquiazul y soñó con el salto a Honor hasta que el Gestesa Guadalajara, en primera ronda de Play-off, puso fin a la experiencia españolista y obligó a los vallesanos a gestar un nuevo proyecto, Vitelcom Montcada.

Uno de los episodios más lamentables del maridaje entre ambos deportes fue la experiencia del Sevilla C.F. en la Plata de la temporada 2004-05. El club hispalense firmó un acuerdo de patrocinio con el Pino Montano que no llegó ni a finalizar la temporada. Los problemas económicos que acuciaban al equipo de fútbol sala mediada la temporada, con una situación grave de impagos a los jugadores, fue lo que llevó a los del Sánchez Pizjuán a retirar su apoyo por los graves perjuicios que ocasionaba a su imagen. El Pino Montano finalizó la temporada en novena posición pero abandonó la División de Plata por las deudas contraídas.

También probó suerte en las canchas el Deportivo Alavés en la campaña 2006/07 dentro del Grupo B de la División de Plata. El club babazorro apadrinó el regreso del Atenea a la segunda categoría del fútbol sala nacional. Los de Jota Arregui, vestidos de albiazul, firmaron una gran campaña, certificando la permanencia, pero, la no continuidad del acuerdo de patrocinio entre los dos clubes de Mendizorroza obligó a la renuncia a la plaza ganada en las canchas. Atenea volvía por tanto a la categoría de bronce, donde aún continúa a día de hoy con la denominación de Turismo Labastida, siendo uno de los clubes con mayor tradición de la categoría.

Unos años después, en Nacional A, el club babazorro dio su apellido al otro histórico del fútbol sala alavés, el Legutiano. Ni hubo colores en común ni una presencia realmente importante más allá del nombre Legutio Deportivo Alavés.

No había vuelto a haber presencia futbolera en la Segunda División hasta la pasada campaña, cuando el proyecto del Levante-Dominicos debutaba en la categoría de Plata. Una fusión entre los colegiales y el club de fútbol que parece mostrarse sólida, afrontando su tercer año de vigencia, y que, unido a la nueva integración de este año con sus vecinos del UPV-Maristas, pretende que el nuevo Levante UD DM, ocupe el vacío que en la ciudad del Turia dejó el histórico Valencia F.S, hoy en Tercera. Sin duda hasta el día de hoy, una de las uniones más productivas y sólidas entre ambos deportes.

Visto el éxito de la participación granota en el 40×20, casi todos los grandes de la Comunidad Valenciana han puesto sus ojos en la cancha como expansión para sus clubes. Así, este año debutará en Segunda el Elche C.F., que tras un fulgurante paso por la Tercera División, ni siquiera se ha detenido en Segunda B, sino que directamente ha obtenido plaza en la segunda categoría nacional.

Su gran rival provincial, el Hércules C.F., no ha querido ser menos y ha apadrinado también el ascenso del Sporting San Vicente. Los de Jordi Durán cuentan ahora con el apoyo del histórico club alicantino para abordar con más ilusión si cabe su debut en la categoría de Plata.

Pero estos matrimonios entre ambos deportes no se quedan sólo en las divisiones de la LNFS. La Segunda B (y su antecesora Nacional A) y la 3ª División (Nacional B previa a la reestructuración) también han sido el destino de varias de estas uniones a lo largo de los últimos años. Uniones entre clubes de fútbol más pequeños con equipos de sala (Burladés, P.D. Santa Eulalia…) o incluso de históricos como el Burgos C.F. o el Nástic de Tarragona han sido más habituales en los últimos años en estas categorías inferiores en las que esta campaña también se han producido nuevas incorporaciones, y de postín.

El proyecto más llamativo ha sido el del Real Betis con el FS Nazareno. El vigente campeón del grupo 5 incluso llegó a plantearse renunciar a pelear por el ascenso deportivo en el play-off para cerrar un acuerdo más sólido con el club heliopolitano. El convenio se ha cerrado este verano y plantea una apuesta clara del Betis por este deporte cediendo su nombre e imagen a un club que quiere crecer como verdiblanco.

Otros clásicos del fútbol como Cádiz C.F. con el Virgili, o el Castellón C.D., con un nuevo proyecto regional en una ciudad que siente el fútbol sala como pocas en este país, también se han ido asomando paulatinamente a lo largo del verano.

Este matrimonio entre los dos deportes que ahora parece de moda puede suponer para un fútbol sala en crisis un gran balón de oxígeno, pero también hay que poner en antecedentes que esta combinación la mayoría de las veces no ha funcionado porque entre ambos deportes hay una idiosincrasia diferente. Mientras el fútbol lo ve todo desde su pedestal, el fútbol sala aún cuenta con una estructura de pies de barro que en cualquier momento puede resquebrajarse.

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