Voleibol; Fichar en un mercado en fuga

9 agosto 2013 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

2901La Real Federación Española de Voleibol (Rfevb) ha pasado en unos pocos años de organizar un ‘surrealista’ partido de vóley-playa sobre el helado suelo de Groenlandia a ver cómo se desangra sin remedio el balonvolea, un deporte al que siempre se le ha colgado la fama de minoritario en la Península Ibérica.

En la gigante y despoblada isla danesa se grabó a principios de siglo XXI un anuncio para promocionar el circuito español sobre arena. Era una época de vino y rosas, de grandes patrocinadores, como un conocido licor, que insuflaban importantes cantidades de euros cada verano. O de clubes que se rebautizaban con el nombre de empresas creadas al calor del agosto de la burbuja inmobiliaria. El tercer lado del triángulo lo formaban las instituciones: siempre dispuestas para aportar un pellizco económico que redondeara el presupuesto. Un engranaje profesional –de sueldos de hasta seis cifras– que en muchas plazas (Teruel, Almería y Soria fueron las excepciones) cometió el error fatal de no fomentar la afición de un deporte que en España se incubó en las universidades, pero que fracasó a la hora de vendérselo a las masas.

El ejemplo más reciente es la negativa de IB3 a retransmitir en directo la Copa del Rey que se celebró en sa Blanca Dona el pasado enero.

Quizás echando de menos que la federación estatal hubiera lanzado un capote (no acudió a la cita Agustín Martín Santos, su presidente), los esfuerzos del Club Voleibol Eivissa para que el evento se viera al menos en el archipiélago fueron en balde. Idealismo y ganas de aportar un soplo de aire fresco a la alicaída Superliga no le faltan a la directiva que preside Javi Escandell. Más de uno –y Xavi Folguera, colocador con el que los ibicencos tienen un principio de acuerdo para incorporarlo de cara a la próxima campaña, fue el último– ve a la isla como un paraíso para que no se extinga la llama del vóley nacional.

Pero el paisaje que se aprecia, también desde el pabellón de Es Viver, a las puertas de la temporada 2013/2014 confirma que la etiqueta de residual parece haberse tatuado a perpetuidad. Los clubes de la Superliga Masculina serán diez tras el rescate del antiguo Numancia por parte de sus incondicionales, pero se las ven y se las desean para afrontar los 22.000 euros que comporta solo inscribirse en la competición. El Club Vigo Voleibol o el ascendido Club Voleibol Almoradí han renunciado a participar y la cifra redonda se alcanza gracias a la promoción administrativa del VP Madrid, que el ejercicio pasado disputó la Primera Nacional. Como colofón, a dos meses para que comience la competición masculina, el calendario aún no se ha sorteado. Según confirmaron ayer fuentes de la entidad ibicenca, el Ushuaïa «no sabe qué día se conocerán los emparejamientos» de una Superliga a la que nadie se preocupó por buscarle un sponsor potente.

Adiós a los mejores jóvenes
El problema llega a la hora de confeccionar las plantillas. Cada vez más flacos económicamente, los mejores efectivos de los conjuntos ibéricos se van. Lo hacen en busca de competiciones más potentes y profesionalizadas. Más nivel igual a mejores contratos. A imagen y semejanza de lo que está ocurriendo en el fútbol español con las excepciones de Barça y Real Madrid [consultar artículo de opinión de la página 31], la que muchos señalan como mejor generación de la historia del vóley hispano ya ha hecho las maletas. La lista de bajas daría para confeccionar un cuadro temible: Andrés Villena (Unicaja Almería) y Ángel Trinidad han firmado por el Sport Callipoli. Miquel Àngel Fornés jugará en el Pallavolo Molfetta y Juanmi González actuará en el Blu Volley Verona. Gerard Osorio (estos cuatro últimos jugadores formaban parte de la selección júnior) se ha marchado al Lyon. Mario Ferrera (también Almería) y Manuel Sevillano (CAI Teruel), a Aviñón y Saint Nazaire.

Francia e Italia acogen a la legión española en el extranjero. Los torneos polaco, ruso y belga son otros destinos interesantes. La fuga de calidad y juventud es sangrante. Excepto Sevillano (quien, pasados los 30, ha estampado su signatura en su último gran contrato) y Ferrera (‘veterano’ a sus 27 primaveras), todos son unos chavales, producto de las cosechas de los años 1993 y 1994, subcampeones del Mundo y de Europa en edad júnior. Ahora, todos ya juegan en una absoluta que bien podría colarse en Río de Janeiro en unos JJ OO 16 años después.

Así, la Superliga se queda «sin talento» y se hace «mucho más complicado fichar porque hasta los grandes de la Superliga pierden jugadores buenos y tienen que sustituirlos por otros de nivel más normal». El autor de la frase es Juanan Ripoll, un director deportivo que ya no sabe dónde buscar para atraer a un receptor que complete la nómina de doce jugadores que tenga a su disposición Toni Gino en el Ushuaïa a partir del 2 de septiembre.

¿La excepción amarilla?
El Ushuaïa Ibiza Voley intenta rebelarse ante esta ola de negatividad. Y, en cierta manera, los de Es Viver son la excepción que confirma la regla. Porque, aunque Ripoll no ha cerrado «todavía ninguna renovación», sabe que tres cuartas partes del equipo que acabó quinto el año pasado en Superliga quiere continuar. En un deporte donde el crono no cuenta para casi nada, el reloj juega en contra hasta para el CV Eivissa que rastrea el mercado para hallar a ese punta-receptor que prefiera la tranquilidad pitiusa de los inviernos al rutilante profesionalismo (económico y deportivo) lejos de España. (Diariodeibiza)

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