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Maximiliano Mayoral, uno de los administradores concursales de la Unión Deportiva Salamanca, explicó ayer en los micrófonos de IB3 Radio que el equipo del grupo primero de la Segunda División B ya es historia, debido, entre otras cosas, a los 23 millones de euros de deuda que tiene con futbolistas, proveedores, Hacienda, etc. Un histórico del fútbol español, con 12 temporadas en Primera y 34 en Segunda A que dice adiós, al igual que ya lo hizo en su tiempo Linares, Mérida, Logroñes, el antiguo CD Málaga, Extremadura, Badajoz y Granada 74 entre otros.

Esta noticia afecta directamente al Club Deportivo Constancia, descendido el pasado domingo a Tercera tras no superar al Zamora en el partido de vuelta. La desaparición del club castellano implica que los inquers jugarán una temporada más en el grupo tercero de Segunda B. Eso sí, hasta el próximo 30 de junio no habrá confirmación oficial.

El secretario general de la Federació de Futbol de les Illes Balears, Manolo Bosch, confirmó que él tenía muy claro que desde el momento en que el Constancia superó al Zaragoza B en la primera eliminatoria, los inquers ya tenían la permanencia en la bolsillo. Según la normativa de la Federación Española de Fútbol, el club que asuma la plaza del Salamanca deberá hacerse cargo de las deudas que la entidad tenga con el primer equipo. Bosch dejó bien claro que en este caso no hará falta que el Constancia tenga que pagar los 300.000 euros que aproximadamente debe el club salmantino, sólo de esta temporada, a sus futbolistas.

La grave crisis económica que afecta a mucho clubes de los cuatro grupos de la Segunda B puede, incluso, favorecer al Mallorca B, descendido de forma directa a la Tercera Balear. Pero, en este caso, sí deberán rascarse el bolsillo, cómo ya ocurrió hace dos temporadas –aún deben dos plazos de 100.000 euros a la RFEF–. En cualquier caso, a falta de confirmación oficial, el Constancia continuará un año más en Segunda B.

Información: Redacción Web Esport