Lo peor del fútbol Cambiar de aires cada año

30 marzo 2013 | Por lorenzo | Categoria:

Me veo en la necesidad de desnudar al mundo del fútbol desde un punto de vista muy personal; hay muchos aspectos a tener en cuenta que pasan inadvertidos incluso entre los futbolistas. Esta es una serie de tres posts.

Nadie se para a pensar en los cambios de domicilio que sufrimos/disfrutamos los futbolistas¡Si! Hablaré en primera persona y como futbolista. En un principio es muy atractivo eso de cambiar de ciudad cada poco tiempo;viajas, conoces ciudades, culturas y gente. Eso está muy bien pero tiene una serie de inconvenientes con los que uno acostumbra a familiarizarse además de tener que resignarse y aceptarlo. Esto de cambiar de ciudad se lleva mejor cuando se es más joven por la supuesta libertad de compromisos, básicamente ausencia de hijos.

Todo el mundo ve como cambiamos de un equipo a otro pero nunca se habla de lo que supone tanto ajetreo. Yo actualmente para llegar a mi trabajo tardo 1 hora y media desde que salgo de casa hasta que llego al colegio; podría tardar media hora menos pero antes de llegar paseo por el Raval de Barcelona. Costumbres que tengo para evitar llegar corriendo. En mi etapa de jugador conducía hora para estar 36 horas en MI CASA. Por muy a gusto que me pudiese encontrar en alguna ciudad no era mi casa. Evidentemente nosotros los futbolistas escogemos esta forma de vida pero no lo hace menos duro.

Llega un momento en el que no conoces otra forma de vivir pero ahora, desde la vida normal, veo todo lo que he tenido que dejar atrás, y no me refiero a mi gente, esta siempre ha estado en el mismo lugar. Durante la vida del futbolista se conoce a mucha gente con la que se pierde el contacto al dejar la ciudad. La relación a distancia con la gente que tomabas café cada tarde no puede ser igual desde el Facebook.

Otra de los incovenientes que hay es cuidarse de enamorarse, no siempre es posible encontrar una pareja que pueda o quiera ir contigo a cualquier parte dejando una vida para empezar otra llena de incertidumbre. Yo jamás le pediría a nadie ese esfuerzo por mi. Es arriesgarse a impedir el desarrollo de la otra persona, ya sabéis como es el fútbol; imagina que ella empieza una carrera universitaria o encuentra un trabajo y os tenéis que ir en diciembre a otro lugar. Siempre es ella la que cede, por algún extraño motivo hemos asumido que nuestra profesión es más importante, cuando hay casos en el que los sueldos son parejos (3ªdivisión y 2ªB). Debe ser difícil tener una novia sabiendo que aunque estéis bien lo tendréis que dejar a final de temporada. Siempre queda la esperanza ciega de renovar y continuar con el idilio amoroso pero no suele pasar. Lo más sencillo es enamorarse solo en caso inevitable además de tener cuidado con las expectativas que se crean con las parejas. Por eso los hay que se casan en seguida, atan en corto la situación.

Más grave es la gente que tiene familia, estos han de cargar con toda la tribu, por eso cuando habla la mujer también dice “hemos fichado por el equipo x”. No se equivoca ya que son un equipo al completo.

Muchas veces te tienes que ir sin apenas despedirte de la gente de una forma aceptable. Si te dicen que te vas mañana así has de hacerlo. Te acostumbras pero no son maneras de dejar los sitios. Ya no es que te quieras despedir de compañeros, empleados o amigos, a veces quieres agradecer al carnicero que cada jueves te guarde la leche frita que hace semanalmente, o del señor del videoclub que te recomienda películas y no te cobra el recargo de 6 días porque te olvidaste de devolver la peli en Navidad al marcharte a casa. Son mucha gente la que nos ayuda cuando estamos fuera y más cuando eres joven. Desaparecer así es incomodo, más por uno mismo que por estas personas ya que la necesidad de agradecer es mayor por parte propia, a fin de cuentas ellos tienen otros clientes y realmente no son conscientes de la ayuda prestada, quizás sean así con todo el mundo pero cuando se esta solo se agradece de manera especial.

Cargado como un burro recorriendo ciudades en busca de curro.

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