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El Atlético Villacarlos no desaprovechó el tropiezo del Atlético Baleares y amarró la segunda plaza con un triunfo más práctico que vistoso y resuelto prácticamente a balón parado ante un Son Oliva con jugadores más altos aunque mansos por arriba. La victoria amarilla que le colocaría sorprendentemente hoy mismo como equipo de División de Honor se fraguó al final del primer tiempo y al principio del segundo, con cuatro goles en 12 minutos. Pudieron ser más aunque con la faena cumplida el equipo se relajó. Lógico, están haciendo una temporada de ensueño.

El arranque del partido fue feo. Con el técnico José Luis Bahamonde en la banda cumpliendo uno de los dos partidos de sanción impuestos, Justo Fuentes asumía las riendas. Los dos equipos se tantearon en los primeros compases sin llegar a firmar ninguna acción de peligro real.

Fue pasado el cuarto de hora cuando Lupón probó fortuna con un disparo que se estrelló en el poste. El Villacarlos se excedió en el juego por alto. Un remate de cabeza de Lluís Orfila, en el 34, lo repelió el larguero. El propio delantero tuvo otra opción antes de abrir el marcador en un córner directo de Lupón que dio en el palo y que Orfila solamente tuvo que empujar. Era el minuto 36 y cinco más tarde fue Jaume María el que perforó la portería de Xisco en una falta al segundo palo de Martínez que remató el mediapunta libre de marca.

Tras el descanso, Lupón sentenció el duelo en el primer minuto en una jugada en la que el visitante Ginel colaboró para introducir el balón en su portería. Dos minutos más tarde Un balón suelto en el área mallorquina lo cazó Orfila para subir el 4-0 en otro fallo del Son Oliva para defender una jugada de estrategia.

A partir de ahí el ritmo del partido bajó. El Villacarlos siguió inquietando la meta rival aunque progresivamente se fue relajando. El visitante Crespi probó fortuna en varias ocasiones hasta que acertó, en el 76, en un balón entre los centrales y que cerró el duelo. (Menorca.info.com)