Gino y Mora, dos locos del Ushuaïa Ibiza Voley

8 marzo 2013 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

­                                                                                         Juan Carlos Bustos era un profesor de Educación Física que dedicó su vida a inculcar el amor por el deporte a infinidad de chavales en la remota Patagonia argentina de la década de los 70. Natural del norte del país sudamericano, este tucumano viajó por las regiones australes de su gigantesca nación armado con una pelota de voleibol. Con ella, ganó para su causa a Antonio Gino Corona Lattanzi (o, simplemente, Toni Gino), elegido el pasado martes como mejor entrenador de la Superliga española, que recuerda con infinito cariño al que fuera su docente cuando cursaba la educación secundaria en Luis Beltrán, una pequeña localidad enclavada en el centro de la provincia de Río Negro.

En medio de «miradas de áreas lacustres» –como describió el cantautor barcelonés Manolo García hace unos años y en verso a la patria chica del técnico del Ushuaïa Ibiza Voley, en un tema bautizado con el nombre de la región– fue creciendo la afición por este deporte del argentino, que se ha dedicado a expandirla por Eivissa durante las más de dos décadas que lleva afincado en la isla. «Toni es un loco del vóley. Se podría decir que pasa las 24 horas del día pensando en la pelota. Seguro que hay mejores entrenadores, pero no he visto a ninguno que lo sienta tanto como él», afirma rotundo Javi Escandell.

El presidente del Club Voleibol Eivissa es, en definitiva, una de las ´víctimas´ a las que Gino inoculó el virus de la disciplina de la red. Este empresario vinícola metió la cabeza en la entidad porque una de sus hijas jugaba en las categorías inferiores. «Cuando empecé, no tenía ni idea». Cinco años después, preside una junta que debe cuadrar presupuestos con varios ceros a la derecha, con la presión de encontrar refuerzos que mejoren el bloque de pitiusos que ha llevado al equipo de Primera Balear a Superliga en solo cinco temporadas. Uno de esos fichajes fue el de Carlos Mora. ¿Su rendimiento? «Mejor imposible».

El colocador del curso en la Superliga es un chico a punto de hacer 23 años que puede abanderar a la generación llamada a recuperar el prestigio perdido del vóley español. Unos años mayor que Andrés Villena, Ángel Trinidad o Gerard Osorio (el trío de ases que dejó al C.V. Eivissa sin Copa Príncipe la campaña pasada), el rubio y espigado Mora aúna un ramillete de virtudes que le convierten en un voleibolista total. «Es un diamante en bruto, sobre todo por su inteligencia sobre la pista», le radiografía Gino.

Los puntos fuertes de Mora pivotan en torno a su cerebro. Sus compañeros agradecen su facilidad para leer los partidos, habilidad que, unida a una gran técnica, le convierten en el distribuidor perfecto . De intuición, concepto que no se puede entrenar, va sobrado. Por eso, sus 196 centímetros no le sirven solo para bloquear aceptablemente; también sabe cuándo y cómo rematar. De hecho, su técnico le ha utilizado varias veces como opuesto.

«Cuando lo teníamos en la cantera ya sabíamos que estaba llamado a hacer algo grande», resume al otro lado del teléfono con un marcado acento el macedonio Aleksander Stevovski. Este balcánico de 37 años es toda una institución en el Sant Pere i Sant Pau, el club señero de Tarragona, la fábrica en la que moldearon al fenómeno Mora. En la temporada 2010/2011, el equipo de la antigua Tarraco entonó su canto de cisne en Superliga.

Trece temporadas en las nubes no les sirvieron a los catalanes (ahora en Primera Nacional) para evitar que los arrastrase el tsunami –provocado por una sencilla ecuación: más categorías y cánones, unido a la crisis económica, originó como consecuencia la renuncia de muchos clubes a seguir en la élite– que ha vaciado de competidores a las divisiones estatales desde que se creó la Superliga 2 hace un lustro. Ese epílogo lo vivió en primera persona el actual jugador ibicenco, ya que fue el suplente de Vladimir (el hermano pequeño de Aleksander), debutando con los mejores gracias a Blas Ortega.

De ídolo a compañero
Edmond Solanas ha pasado de ser uno de los ídolos del talentoso tarraconense al jugar varios años en el Sant Pere i Sant Pau (también compartió vestuario en Lleida con el mayor de los Stevovski) a uno de sus mejores aliados entre los amarillos. «Charly es un fenómeno en todos los sentidos. Fuera de la cancha se le ve tímido y buenazo. Así es. Se vuelca muchísimo con sus amigos. Por eso ha encajado tan bien en la isla. Durante los partidos, toma el mando, saca todo su carácter», comenta el carismático receptor. El capitán refleja la comunión entre Mora y el entorno del club. No en vano, el ´16´ utilizó su Facebook, para agradecer a compañeros, técnicos, directivos y afición el haber vivido una campaña «inolvidable donde solo faltó un poco de suerte». Mora ilustraba en palabras su implicación en una entidad en la que también ha entrenado al cadete masculino.

Identidades inseparables
Por su lado, el técnico del Ushuaïa disfruta con los pequeños detalles. Por ejemplo, que fuera Pepe Cardenache –«un veterano que no pierde la ilusión»– el primero que le llamase para felicitarle por el premio que le ha concedido la Federación Española. Gino no puede disociar el vóley de su trabajo como maestro de Educación Física en Sa Real. «Están unidos. Pese a todo lo que estamos viendo en nuestra sociedad, el deporte y la escuela enseñan los mismos valores», resume este incansable cultivador de canteranos.

Por caprichos vitales, Carlos Mora, su prolongación en la cancha y con potencial para ser un buen entrenador en el futuro, estudia también para poder ejercer como maestro algún día. Tras verse fuera de los play-offs y a la espera de una llamada de la selección española, el colocador ha vuelto a su ciudad natal para terminar el grado de Magisterio. Si el vóley no le da de comer, el catalán intentará ganarse la vida como su mentor en las Pitiüses. Gino perdió la pista hace años a Bustos, apodado El Negro por su morena tez regada con sangre guaraní. «No sé si seguirá vivo», informa el técnico. Allá donde esté, feliz estará el tucumano al ver que su semilla ha creado escuela al otro lado del Charco.

Protagonistas

Javier Escandell, presidente del Club Voleibol Eivissa
Carlos es un tipo que se hace querer. Para mí es como un hijo o un sobrino»
«No es fácil acertar, pero con él hemos dado en el clavo. El verano pasado conseguimos una joya como jugador y como persona».

Carlos Mora, jugador del Ushuaïa Ibiza Voley
Me encantaría seguir un año más en este proyecto que encabeza Toni Gino»
«Tanto dentro como fuera de la pista hemos sido un grupo unido y eso es algo muy difícil de conseguir» escribió el colocador en su Facebook.

Toni Gino, técnico del Club Voleibol Eivissa
Al ´Negro´ Bustos nunca le vi hacer un mal gesto, por él aprendí todo lo que sé»
«En 1991, al año de estar en Eivissa pude ir a entrenar a Trento, en Italia. No acepté y ahora estamos en Superliga. La vida da muchas vueltas».

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