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La figura de Biel Cerdà es clave para decantar de un lado o de otro la mayoría en el Consejo de Administración. Pues bien, todo ello se debe a un porcentaje mínimo del 0,4% que le compró a Mateu Alemany, y por el que pagó…¡¡¡11.200 euros!!!, como podéis leer hoy en EL MUNDO. Es decir, que por menos de dos millones de pesetas controla un club cuyo presupuesto es de 30 millones de euros.

Hay que decir que se ha llegado a esta situación por un exceso de confianza de Serra Ferrer que, sin albergar ninguda duda en cuanto a su relación de amistad, permitió que Cerdà adquiriera ese 0,4% a Alemany sin calcular las consecuencias que ello podría tener. Y fijáos cuáles son. Si añadimos ese 0,4% al otro 4,92 que ya poseía Cerdà a través de Tukis Invest y lo sumamos al 24,93% de Luz&Sol (Pedro Terrasa) y al 19,85% de Utz Claassen, nos da un porcentaje total del 50,1%. O sea, que Cerdà, Claassen y Terrasa controlarían el Mallorca por una insignificante diferencia de un 0,1%. Es de locos.

Cerdà, además, puso ese 0,4% en manos de su hijo a través de una empresa que se llama Tukis Productions, y que curiosamente también está representada en el Consejo. El hijo de Cerdà es, de hecho, el octavo consejero del Mallorca aunque, que se sepa, sólo ha estado en una reunión del mismo.

Otra curiosidad de la situación actual es que, mientras Serra Ferrer, Cladera y Terrasa tienen sus acciones sindicadas hasta el 30 de junio de 2014 (es decir, uno no puede vender sin autorización de los otros dos), tanto Cerdà como su hijo disfrutan de libertad absoluta para hacer con ellas lo que quieran. Otra demostración de la fe ciega que tenía Serra Ferrer en Cerdà.

Y la última, que también podéis leer hoy en EL MUNDO. Parece ser que Cerdà tiene intención de mantenerse junto a Serra, pero todo hace indicar que la condición que le impondrá es que junto a ellos debe entrar Claassen, lo que dejaría aislado a Terrasa. En caso de que Serra se negara por su enemistad con Claassen, Cerdà y el alemán pactarían con Terrasa. En definitiva, por lo que se ve, una versión bastante digna de Juego de Tronos, sólo que en versión germano-mallorquina. (Tomeu Maura)