La Copa se devalúa sin la emoción a un partido

5 noviembre 2012 | Por lorenzo | Categoria: Fútbol, Fútbol Nacional

La Copa sigue provocando un gran debate. En las principales competiciones europeas se opta por jugar a un partido, en campo del rival de inferior categoría.

En la edición de Copa del Rey 2001-02, trece equipos de Primera cayeron en las dos primeras rondas, que se disputaron a partido único. Rivales modestos de Segunda y Segunda B fulminaron a los grandes provocando emociones y grandes sorpresas. En la temporada anterior, fueron doce los clubes de Primera eliminados en dos rondas. La final de mayo de 2001 la disputaron Zaragoza y Celta.

Estamos hablando de resultados prácticamente imposibles en el actual formato copero, donde los emparejamientos a ida y vuelta con Primeras desde dieciseisavos dejan sin apenas opciones a los equipos humildes, salvo excepciones como la del Mirandés en la edición anterior.

La Copa sigue provocando un gran debate en cuanto a su sistema. En las principales competiciones europeas se opta por jugar a un partido, en campo del rival de inferior categoría. Así se hizo en España durante cinco temporadas desde la 2001 (en la 2005-06 se añadió otra ronda) al iniciarse los treintaidosavos de final. Fueron campañas de resultados impactantes. El Barcelona, por ejemplo, cayó en años alternos ante la Gramanet, el Novelda y el Figueres. El Madrid sucumbió en el Salto del Caballo del Toledo en 2000. En estas cinco ediciones cayeron grandes como Valencia, Sevilla y Athletic, a pies de Guadix, Ciudad de Murcia y Nàstic.

Jugarse la eliminatoria a un partido, en campo del club menor, igualaba el rasero por varios factores, sobre todo si el poderoso prescindía de algunas de sus figuras. Aquel sistema de competición con dos rondas a un partido, antes de los octavos, condujo a algunas finales que a día de hoy pueden ser impensables, como fue la del Recre-Mallorca de 2003.

El formato se modificó con una ronda más a un partido en 2005, que filtró a los equipos modestos, y se abolió en la siguiente por presión de los clubes poderosos, que se veían apurados a partido único. Se volvió a introducir a los de Primera en los dieciseisavos, a doble partido, el segundo en el estadio del grande. Esta fórmula hace más previsible el resultado de cada eliminatoria, dejando los campos vacíos y devaluando el interés por seguir la competición

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