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A la reunión, donde estuvo presente el Delegado de Castellón, Enrique Lluna,  también asistió el concejal de deportes, Enric Porcar, que afirmó que las instituciones deben tomar partido en acabar con la vergüenza del mal ejemplo a nuestros menores.

Erradicar del fútbol adulto los insultos, blasfemias y violencia física es casi imposible pero lo que no se puede tolerar bajo ningún concepto es que se produzca lo mismo en campos de fútbol  donde juegan benjamines, alevines, cadetes y juveniles.Los menores de edad, los niños, ni pueden ni deben oír o presenciar actos violentos, ni blasfemias e insultos.

Desgraciadamente, a los primeros que hay que educar es a muchos de los padres que asisten a los partidos y sin razonar que son niños se dedican a proferir todo tipo de insultos o a animar a sus hijos a utilizar la violencia con el contrario.

Los colegiados castellonenses han acordado incluir en el acta de cada partido los insultos, ya sean a árbitros, futbolistas o a cualquier persona. El árbitro, cuando ocurran estos hechos, parará el partido para solicitar del delegado que advierta a los infractores y si no obtiene la respuesta adecuada procederán a llamar a las fuerzas de orden público.

Enric Porcar, concejal de deportes, advirtió de que pondrá en conocimiento de las instituciones la decisión de acabar con el problema y que a través de las actas de los colegiados se hará un seguimiento para, si es necesario, retirar las subvenciones a aquellos clubes que no se impliquen en atajar el grave problema que vive nuestro fútbol base.

Hemos de recordar, también, que en muchos casos los árbitros de las categorías de fútbol base pueden tener 15, 16 ó 17 años lo que hace muy grave que se tome como algo normal insultarles.

Todos, árbitros, federación, comité de competición, prensa e instituciones  debemos unir nuestras esfuerzos para terminar con la violencia en el fútbol base, nuestros hijos y nuestros nietos se lo merecen.

CASTELLÓN DIARIO