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El mallorquinismo despierta hoy de la pesadilla más larga de su historia. Cuatro años y tres semanas ha tardado en disiparse el mal sueño que comenzó un 22 de octubre de 2012 en el Sánchez Pizjuán de Sevilla. Aquella había sido la última vez en la que el equipo había presentado un saldo positivo de goles. 170 partidos han sido necesarios para volver a ver números verdes, 30 en Primera División y nada menos que 140 en Segunda. Jamás, en sus 100 años de historía, había sufrido una mala racha tan prolongada.

Ahora el siguiente objetivo es asaltar por primera vez la sexta plaza de la clasificación. El Mallorca es ahora séptimo -posición que ya había alcanzado con Oltra- y está en plaza de play off gracias a la presencia entre los seis primeros del Sevilla Atlético, pero es anecdótico porque el resto de la jornada aún no se ha jugado. La próxima semana, precisamente ante el Sevilla, sí que es posible que disfrute de esa oportunidad si gana el partido.

P.D. Luego hablaremos de actuaciones individuales en el partido de ayer. Os he leído a muchos alabando a Raíllo. Por supuesto es cierto que el cordobés estuvo imperial atrás. Sin embargo para mí el jugador decisivo volvió a ser Brandon Thomas. El Mallorca ganó porque Brandon frotó dos veces su lámpara maravillosa con un gol y un pase de gol. De no haber aparecido otra vez el delantero de Santanyí el partido era, en el mejor de los casos, un empate a cero. Creo que no se está valorando con justicia la enorme influencia de Brandon en los resultados del equipo.

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