A partir de los 35 los tests médicos no son suficientes
13 abril 2016 | Por lorenzo | Categoria: PolideportivoLa muerte no llamĂł antes a la puerta de los dos atletas fallecidos en Navajas (CastellĂłn), el pasado domingo, igual que no suele hacerlo con los corredores populares mayores de 35 años a los que un dĂa el corazĂłn se para, de repente, en plena carrera o poco despuĂ©s de haber cruzado la meta. La ciencia lo tiene bastante claro: por encima de esa edad, el drama de morir en plena actividad fĂsica no se debe, en la mayorĂa de las ocasiones, a un problema congĂ©nito que sĂ puede ser detectado en una prueba cardiolĂłgica o de esfuerzo (o no, como ocurriĂł con los futbolistas Antonio Puerta y Dani Jarque). Superado ese umbral de la vida, las causas de morir corriendo son mĂĄs azarosas, mĂĄs inconcretas que las de un deportista mĂĄs joven, porque no suele haber ninguna anomalĂa estructural en el corazĂłn.
Paquito Amat y Juan Barros, de 57 y 45 años, respectivamente, los dos fallecidos en el MaratĂłn Ojos Negros de Navajas el domingo pasado, pertenecen a ese grupo de edad en el cual, en muchos casos, no hay prueba que garanticen evitar un fatal desenlace. «A partir de los 35 años, si no hay un defecto congĂ©nito, es lĂłgico que una prueba de esfuerzo no detecte nada anormal. Otras veces sĂ pueden aparecer algunos signos, como una parte del corazĂłn que con el mĂĄximo esfuerzo ya estĂĄ sufriendo y no te estĂĄs dando cuenta», explica Ăscar Fabregat, miembro del departamento de CardiologĂa del Hospital General de Valencia.
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