Sports De Ca Nostra

Por supuesto que Miquel Soler comete errores. Situar a Gulan como central es uno de ellos. Sin embargo comienza a ser hora ya de que se señale con el dedo a los verdaderos responsables de este desastre, que son los que se visten de corto cada domingo. Seguramente cambiar de posición al serbio no ayudó en nada al equipo, pero que venga Saborit y se autoexpulse a los 11 minutos es algo que no puede controlar ningún entrenador del mundo. Y quiero recordar, por cierto, que cuando llegó Soler estos mismos jugadores, con Karpin en el banquillo, estaban a tres puntos del descenso.

El auténtico problema es que a los futbolistas se les permite todo y no se les exige nada. El resultado es esto: uno de doce puntos posibles y una actitud sobre el campo lamentable. La misma que tuvieron con Oltra, con Carreras o con Karpin, y que están repitiendo ahora con Soler. Y sí, es cierto que con Olaizola levantaron la cabeza, pero seguramente fue porque el margen fue de apenas tres partidos. Esto no sucede en ninguna otra profesión del mundo. Al menos en la mía, si mi rendimiento o mi actitud no son las correctas, desde luego que voy a ser sancionado. Pero con los futbolistas el registro es otro. A estos no se les castiga por hacerlo mal, sólo se les premia por hacerlo bien. Y así vamos.

Ya sabíamos que el partido de hoy en el Angel Carro iba a ser complicado. Lo que no sabíamos es que el ridículo iba a ser tan escandaloso. El Mallorca duró 11 minutos. El tiempo justo que tardó Saborit en empujar descaradamente a Caballero dentro del área cuando iba a rematar, después de haberle ganado la posición. Penalty, expulsión y debacle. El Lugo fue a partir de ahí un rodillo que arrasó a un simulacro de equipo que no hizo lo más mínimo para evitar ser aplastado. De hecho, hay que agradecerle a la misericordia del Lugo que el partido no acabara en una goleada de escándalo, porque después de lograr el 3-0 levantó el pie del acelerador y se conformó con el resultado, que sólo amplió a un minuto del final de nuevo de penalty.

En mi opinión no es problema de entrenador. Es problema de elegir a los futbolistas que estén comprometidos e ir con ellos a muerte. Y los otros, sean quienes sean y tengan el nombre que tengan, mejor que estén sentaditos en la grada.
Tomeu Maura