Lo bueno y lo malo cuando juegas un Mundial de rugby

4 septiembre 2017 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

La jugadora de la selección española de rugby cuenta cómo ha sido su experiencia en la reciente Copa del Mundo celebrada en Irlanda, en la que España acabó en décimo lugar

Ver una Copa del Mundo de Rugby por televisión o seguirla por redes sociales es la forma accesible a miles de personas. Pero vivirla desde dentro es otra historia: conocer realmente el contexto y la circunstancia, el día a día de los equipos, el antes y el después de los partidos.

Rugby, rugby y más rugby

Es un verdadero placer poder dedicarte a tu pasión, más cuando esta es el rugby, que, en el alto nivel, exige entrega máxima, dedicar cuerpo y alma a ello, dentro y fuera del campo.

No todas las leonas podemos dedicarnos a ello de forma profesional todo el año, sólo las jugadoras del ‘seven’ tienen una relativa estabilidad gracias a las becas ADO si se mantienen los resultados periódicamente.

Rugby, rugby y más rugby. Tras acabar toda la temporada de rugby a 7 (disciplina olímpica) con las Series Mundiales (Dubái, Sídney, Las Vegas, Kitakiyushu –Japón–, Victoria –Canadá–, Clermont-Ferrand) y el Campeonato de Europa en junio, entramos de lleno en ‘modo-rugby15’ para preparar la Women’s Rugby World Cup. Todos los días cuentan para analizar partidos, entrenar en dos sesiones diarias, ver el vídeo de los entrenamientos, estudiar a los rivales, reuniones tácticas y estratégicas con el entrenador y partidos de preparación.

Si el rugby te apasiona, se lleva muy bien. Básicamente te encanta lo que haces, aprendes cada día, disfrutas con tu equipo y eres feliz.

31 días de concentración

Que puedas realizar tu pasión todos los días no quiere decir que estés de vacaciones. La verdad es que el ritmo de vida es bastante duro, pero forma parte del camino, forma parte de la forma de vivir el sueño.

Treintaiún días de concentración seguidos hemos estado durante esta Copa del Mundo en Irlanda: diez días de preparación en Bandon, dos semanas compitiendo en Dublín y diez días más en Belfast. Todos los días tienes horarios prefijados, todos. Alguna tarde es libre, lo que puedes aprovechar para ir a dar un paseo, visitar la ciudad o simplemente quedarte a descansar en la habitación, pero en su gran mayoría, cada hora tienes una actividad.

Por ejemplo, esta es la programación es de un día habitual en concentración:

  • 7:45: monitorización (registramos nuestro estado de fatiga, sueño, pulsaciones, dolor muscular, etc. y hacemos unos tests diarios de movilidad, así como pequeña sesión de estiramientos)
  • 8:00: desayuno
  • 9:15: bus (desplazamiento)
  • 9:30-11:00: entrenamiento
  • 11:15: crioterapia (baño en agua helada para favorecer la recuperación muscular)
  • 11:30: bus
  • 11:45: ducha
  • 12:30: comida
  • 14:30: vídeo (reunión con análisis de vídeo de los entrenamientos o partidos)
  • 15:00: bus
  • 15:15-16:45: entrenamiento
  • 17:00: crioterapia
  • 17:15: bus
  • 17:30: estiramientos
  • 17:45: ducha y tratamientos de recuperación (máquinas de presoterapia, fisios, etc.)
  • 19:30: cena
  • 20:30: tratamientos/libre

Claro que hay días de partido en que es diferente, o el día después, el que tenemos toda la mañana de recuperación (piscina, estiramientos, spa, tratamientos, etc.) y por la tarde libre unas horas hasta la cena. El día prepartido normalmente solo hacemos una activación física en gimnasio o en el campo más el Capitain’s Run (entrenamiento tipo puesta en escena para el partido dirigido por la capitana) y por la tarde descansamos en el hotel/residencia.

Vemos que hay cinco partidos de 80 minutos de rugby de alto nivel cada 4/5 días, más de 30 sesiones de entrenamiento, varios viajes (hacer-deshacer maletas, aeropuertos, horas de autobús, etc.) desde lugar de residencia a Madrid, luego Dublín-Bandon, vuelta a Dublín, Belfast, Dublín de nuevo para volver a Madrid y por último lugar de residencia. A eso hay que sumarle la tensión de la competición.

Todo este cóctel de actividades nos hace pensar que tanto física como mentalmente es bastante duro, estamos en un contexto de fatiga interesante.

Camaradería

De los mejores momentos u oportunidades que te ofrece un campeonato así es la camaradería (traducción literal de ‘camaraderie’, Leyes del Juego World Rugby). Compartir buenos momentos con tus compañeras de equipo, lasleonas, pero también con otros equipos. A menudo nos conocemos, de jugar en varias ocasiones enfrentadas e incluso de jugar en el mismo equipo cuando hemos tenido experiencias rugbísticas en otros países.

Me encanta poder disfrutar de estos encuentros. La oportunidad que ofrece la competición y el rugby de conocer otras personas, otras culturas y volver a ver a las amistades de cuando competía en Francia (Stade Bordelais 2011 y RC Lons 2012) o en Nueva Zelanda (Waikato R.U. 2013 y 2014).

Aquí un ejemplo con las recién campeonas del mundo: Nueva Zelanda, las ‘Black Ferns’ antes de ir a entrenar.

Objetivo no cumplido

Quizá la parte más difícil de todo este camino, de todo este proceso. Lo más duro no es que los resultados no acompañaran (que por supuesto, en el alto nivel es parte importante), sino que, en el campo, no conseguimos la regularidad en el juego que nos hubiera permitido obtener estos.

Los resultados no dependen de un@ mismo, son consecuencia de múltiples factores (tu juego, el del rival, la adaptación al medio, clima, lesiones, etc.), pero desde luego, el factor determinante y que sí depende de un@ mismo (individuo y equipo) es el juego desarrollado por el equipo. Los errores no forzados, la mala gestión técnica, táctica o estratégica, la falta de templanza o concentración en determinados momentos nos han lastrado, cada una por separado en un determinado momento a lo largo de la competición. Es el sabor más agrio que nos deja esta Copa del Mundo, no haber estado a nuestra propia altura.

Pero he aquí la moraleja, la conclusión tras la reflexión de un escozor: la autocrítica. El rugby no es sólo un juego, es un medio de vida, un contexto de desarrollo personal y grupal por lo que nos debe servir para crecer, para analizar los puntos de mejora y con buena actitud tratar (y trabajar) por convertirse en esa versión mejorada que tenemos en mente.

Lo bueno de esta Copa del Mundo es que nos aporta un gran aprendizaje.

Comentarios cerrados