Semifinales de Estrella Damm Palma de Mallorca Open trofeo B
18 julio 2015 | Por lorenzo | Categoria: PolideportivoAl final se cumplieron los pronĂłsticos y los favoritos se colaron en las semifinales del torneo de Palma de Mallorca.
Con un extraordinario ambiente en la pista de Son Moix ayer se jugaron los cuartos de final del Estrella Damm Palma de Mallorca Open como previa a una semifinales que se esperan de infarto
En el primer partido de la tarde Juani Mieres y Sanyo GutiĂ©rrez demostraron que son un pareja para jugar juntos mucho tiempo. La incertidumbre que podrĂa haber generado en un primer momento, en la jornada de cuartos de final quedaron despejadas. Desde un primer momento consiguieron imponer su juego a un Adrian Allemandi mermado fĂsicamente y a un Miguel Lamperti que no pudo desarrollar su juego. Al final un doble 6/3 en poco mĂĄs de hora y media de partido.
Tras ellos era el turno de la pareja nĂșmero 1 del torneo, aquĂ no hubo casi opciones para willy Lahoz y Aday Santana que fueron arrollados por la pareja argentino/brasileña por un doble 6/1. Bela y Lima se verĂĄn las caras mañana precisamente contra Juani y Sanyo en el primer partido de la tarde que comenzarĂĄ a las 19.00.
A priori el partido que mĂĄs reñido se preveĂa era el que enfrentaba a Jordi Muñoz y Fede Quiles, que ayer bordaron su partido, contra Paquito Navarro y MatĂas DĂaz. El primer set ya tuvo que decidirse en el tie break a favor de Paquito y MatĂas por 7 a 6, ya en el segundo Quiles y Muñoz bajaron la intensidad de su juego a la vez que sus contarios ganaban en efectividad y acabaron imponiĂ©ndose por 6 a 2.
En el partido que cerraba la jornada, Juan MartĂn DĂaz y Maxi SĂĄnchez pusieron doblegar a una pareja que tambiĂ©n se estrenaba en Palma. AgustĂn GĂłmez Silingo y Cristian Gutierrez intentaron desde un primer momento meterse en el partido a base de fuerza y pundonor. Sin embargo la mano prodigiosa de Juan Martin, secundado por un Maxi SĂĄnchez que va recuperando las buenas sensaciones consiguieron imponerse en un partido que hasta bien entrado en harina no tuvo un claro favorito.