C.D. IBIZA ; No era oro todo lo que relucía

16 abril 2015 | Por lorenzo | Categoria: Fútbol Regional

ImageProxyLa Real Academia de la Lengua Española (RAE) contiene varias acepciones para la palabra “Quimera” (equivalente a la palabra ‘Chimera’ italiana). La primera se refiere a un “monstruo imaginario que, según la fábula, vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón”. La segunda señala que se trata de “aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo”. Finalmente, la tercera hace referencia a una “pendencia, riña o contienda”.

La definición de la RAE parece una profecía de Nostradamus. La “riña o contienda” hace referencia a la aparente situación de desencuentro entre la actual directiva del CD Ibiza y los inversores italianos. Aquello que se proponía a la imaginación como posible o verdadero “no siéndolo” podría ser la aparente incondicionalidad del contrato de patrocinio que firmó Chimera Gold con Sa Deportiva y que representantes del club defendieron a capa y espada. Finalmente, el “monstruo imaginario” que escupía bolas de fuego, más que el animal mitológico, sería el terror al fantasma italiano -uno más- que ronda por los pasillos de Can Misses y que ha convertido al campo de fútbol en un castillo escocés.

En este sentido, los esfuerzos de Vidal y de Anselmi por transmitir un clima de sobriedad se acaba de venir abajo con la información de los compañeros de Noudiari.es. Muchos aficionados de Sa Deportiva deben pensar ahora mismo que “no hay dos sin tres”; que puede ser otro paso en falso y que, en definitiva, no era oro todo lo que relucía. Chimera Gold y el CD Ibiza podrán arreglar y encauzar sus discrepancias, pero evidentemente esta no es la forma de lograr que un club acceda a un lugar de privilegio.

En primer lugar, porque como dice un conocido proverbio inglés “Roma no se hizo en un día” y, en segundo, porque el temor de la masa social del club con respecto a megaproyectos de facturación italiana es similar a la que podría tener un jugador que vuelve a un terreno de juego tras una larga lesión en la rodilla. En este aspecto, puede que el futbolista se haya recuperado físicamente, pero no hay herida más profunda que la que deja el miedo a recaer en la psique humana y cualquier golpe en la zona -por pequeño que sea- aviva el fuego de la incertidumbre. Y esto último cuando pretendes tener un equipo en la élite, ya seas ibicenco o italiano, es tirar piedras contra el propio tejado. La lesión en el alma de los aficionados no se cura con promesas de oro en el viejo oeste. Se cura con seguridad institucional. FUTBOLPITIUSO

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