Sports De Ca Nostra

En 1986 se estrenó en la cartelera de los cines de todo el mundo la película ‘Los Inmortales’ (Highlander). El film narra la historia de una raza especial de hombres que solo pueden morir decapitados y, condenados por una maldición, deben luchar entre sí hasta el fin de los tiempos. Algo parecido les pasa a los clubes pitiusos de la Preferente que aspiran a subir a Tercera División. “Solo puede quedar uno”, y ese “uno” no ascenderá de forma directa, como hace el campeón de Mallorca, sino que tendrá que batirse durante dos eliminatorias más contra equipos que oscilan entre la segunda y la séptima plaza de la Preferente de la isla más grande de las Baleares.

De esta forma, es evidente que se produce una mallorcanización de la Tercera Balear hasta el punto de que, en la actualidad, sólo cinco clubes de fútbol son del resto de las islas: dos representantes de Ibiza (Peña y San Rafael), dos de Menorca (Ciutadella y Mercadal) y uno de la menor de las Pitiusas (Formentera). En términos porcentuales, el 75% del Grupo XI está compuesto por equipos de Mallorca.

Y este número podría ser superior porque hay que recordar que desde el Ibiza de Tortosa, ya hace unos cuantos años, ningún equipo de las Pitiusas ha conseguido ascender por su propio puño: tanto Isleño como el Formentera han dependido de cuestiones ajenas de equipos mallorquines para lograr el ascenso. Algún lector podría entender que la situación actual de la Tercera Balear responde a una suerte de meritaje.

Sin embargo, los más rodados en estas cuestiones saben de lo complicado que es jugarse toda una temporada a cara de perro -y por partida doble- en Mallorca (los arbitrajes, en la mayor de las islas, suelen ser como el espetec de Tarrradellas: para “el de casa”) Y es que, a pesar del presupuesto y las ilusiones, te puede salir un partido tonto fuera del feudo y tirar toda la temporada.

“Mem, noltros tenim més equips i voltros, a ‘Ervissa’, teniu millor pressupost”, me podría decir un mallorquín molesto por este artículo. Y es cierto. En Mallorca tienen 80 equipos en Regional, pero hay que distinguir a los amiguetes del pueblo que se juntan los fines de semana para echar una pachanga de los proyectos reales de ascenso. Si nos ceñimos a esto último, la cantidad de equipos dispuestos a ascender -y con capacidad de ascender- en tierras mallorquinas no dista mucho del de Ibiza o del de Menorca (las renuncias de los últimos años son prueba de ello).

Y en cuanto al presupuesto resulta evidente que un equipo de Menorca, Formentera o Ibiza, ante el panorama mallorcanizador de la Tercera, necesita un plus para poder sufragar los gastos que genera tanto viaje en barco, avión o autobús. En este sentido, si bien existe una ayuda del Govern para los desplazamientos interislas que favorece a ibicencos, menorquines y formenterenses ¿quién paga los autocares para el traslado de los jugadores? ¿Y la comida? ¿Y si se tienen que quedar a dormir? Por supuesto, este gasto es a cargo de los clubes.

Así, cuando un equipo mallorquín -que, ojo, también tiene subvencionado su desplazamiento- acabe el actual campeonato habrá viajado cinco veces fuera de Mallorca y un conjunto pitiuso lo habrá hecho 17. Por eso resulta incuestionable que los pocos equipos de las islas menores que juegan en Tercera necesitan prepararse bien y tener proyectos serios para hacer frente a la aventura económica mallorquina. En este momento, en la Regional Preferente ibicenca existen al menos tres equipos con la fuerza suficiente para hacer grandes cosas.

Por todo esto, a pesar de que entiendo, por ejemplo, que el líder de la Preferente mallorquina ascienda de forma directa, lo que no veo tan claro es que el sexto y séptimo clasificado de esa liga debieran tener las mismas opciones que los campeones de Menorca e Ibiza. En este punto, ¿no es más lógico que se le de la oportunidad a los subcampeones del resto de islas de ascender también?

Resulta más razonable reducir a cuatro (en vez de las seis actuales) las plazas de la Primera Regional Preferente de Mallorca con acceso a los playoff y dar cabida para que los segundos de Ibiza y Menorca puedan luchar también por el ascenso. Y es que teniendo al CD Ibiza, al Sant Jordi, al Ciudad de Ibiza e, incluso, al Portmany…¿Por qué nos “maldice” la Federación Balear? ¿Por qué “sólo puede quedar uno”?
Futbolpitiuso