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Primer toque de atención a Miquel Soler. El presidente y accionista mayoritario del Real Mallorca Utz Claassen exigió ayer al entrenador de la primera plantilla una mayor intensidad a sus jugadores. El alemán, que el próximo domingo cumple sus primeros cien días como máximo mandatario de la entidad mallorquinista, le hizo saber a Soler que con una mayor entrega durante los noventa minutos ante la Llagostera, el pasado sábado, los tres puntos se hubieran quedado en Palma.

Claassen, que se reunió con Soler en presencia del director deportivo Miquel Angel Nadal en el transcurso de un almuerzo, quiso convencerse tras la derrota ante el Deportivo Alavés, la primera de Soler desde que se sienta en el banquillo, que el tropiezo se debió a un accidente que no volvería a repetirse. En Mendizorroza, el equipo mostró falta de intensidad, y durante muchos minutos mostró toda la indolencia de la que es capaz.

La modesta Llagostera, el mejor equipo de la segunda vuelta, demostró siete días después que la derrota ante el Alavés no fue un accidente, sino todo un síntoma de que, incomprensiblemente, el equipo parece haber bajado los brazos. Los hombres de Soler tiraron a la basura la primera parte, un mal endémico en la etapa de Valeri Karpin. Salvo el remate al larguero de Joselu a cinco minutos del final del primer periodo, el equipo no gozó de ocasiones y dio la impresión de que jugaba a medio gas, convencido de que el gol llegaría tarde o temprano. En la segunda parte se pusieron las pilas y, aunque dominaron y disfrutaron de alguna buena ocasión, lo cierto es que se perdió por un despiste monumental de todo el equipo en el lanzamiento de una falta a diez minutos del final del partido.

El mensaje que quiso transmitir Claassen a Soler es que los jugadores han de estar metidos al cien por cien en los partidos, como lo hicieron, por ejemplo, en el Miniestadi ante el Barcelona B. El presidente secundó las quejas de Soler después de la derrota ante la Llagostera, cargando las tintas contra el colegiado del partido, el andaluz Munuera Montero. Tanto Claassen como Soler coinciden en que la actuación del árbitro fue determinante en el resultado final, tras señalar una falta contra el Mallorca después de que uno de sus asistentes hubiera señalado fuera de juego. Pero, dando por sentada esta premisa, Claassen también se mostró crítico con los jugadores, y cree –y así se lo hizo saber a Soler– que si los futbolistas se hubieran empleado en la primera parte con las mismas ganas e intensidad que en la segunda, la victoria se hubiera quedado en casa. Esta falta de carácter, que parecía haber pasado a la historia con la llegada de Soler, dio vida al rival, que supo aprovechar su oportunidad.

Prácticamente perdida cualquier posibilidad de engancharse a la sexta plaza, la última que permite disputar la promoción de ascenso, ahora a nueve puntos, el objetivo se centra ahora en el tan manido partido a partido y en conseguir cuanto antes los cincuenta puntos que se consideran necesarios para conservar la categoría. La consigna es salvarse sin pasar apuros y evitar el susto de la pasada temporada.

El primer paso es el próximo domingo en la Nova Creu Alta ante el Sabadell. Ante el colista se presenta una inmejorable oportunidad de arreglar en parte el desaguisado del pasado domingo. De lo contrario, se abrirá la primera gran crisis de resultados en la etapa Claassen.
DM