Colorín, colorado, este cuento…

22 marzo 2015 | Por lorenzo | Categoria: Real Mallorca

untitledEl tiempo se le acaba al Mallorca, y parece que de forma definitiva. Tras el inesperado tropiezo en Mendizorroza, todo pasaba por una victoria ante la Llagostera para seguir soñando con la ansiada sexta plaza, el último clavo ardiendo al que agarrarse. Pero, salvo milagro, ya no será posible. Y menos jugando como ayer, al ralentí en la primera parte y con urgencias, siempre malas consejeras, en la segunda. Es verdad que el equipo sufrió demasiado castigo ante un rival que como mucho mereció el empate. Pero el fútbol no entiende de justicias o injusticias, sino de goles, y el que marcó ayer fue el equipo catalán, que sin quererlo se ha metido de lleno en la lucha por entrar en la promoción.

Parecía que había pasado a la historia regalar una parte al rival. Pero no. Ayer se repitió la película tantas veces vista. El Mallorca afrontó el partido dormido, dando por hecho que las ocasiones llegarían. De inmediado se vio porqué la Llagostera llegaba con cuatro victorias y dos empates en sus últimos seis partidos. Es un equipo incómodo, un incordio para cualquiera. Se cierran bien atrás, todos juntitos, quitándose el balón de encima sin complejos.

El Mallorca sufre en el centro del campo, normalmente porque está en inferioridad. Al actuar con dos interiores como extremos –ayer de nuevo Pereira y Arana–, Joao y Yuste no dan abasto. Es la manta de Tin: lo que se pierde por ahí se gana por allá.

La primera parte fue un puro horror, nada nuevo por estos lares, del que participó con destacado protagonismo un Mallorca infame, acobardado, como si enfrente tuviese a una maquinaria poderosa y no a un grupo de modestos entre los modestos. Un desierto inabarcable, vacío, sin el menor atisbo de vida. Así fue un buen tramo del partido que afligió ayer al Iberostar. La estadística ahorra cualquier tipo de retórica: en la primera parte, solo hubo un remate a puerta. El autor fue Joselu y llegó en el minuto 39, cuando un centro de Xisco se estrelló en la cruceta de la portería de René. El estadio era ya una sucesión de bostezos.

Asomaron de nuevo las carencias en el Mallorca. Este nuevo equipo de Soler destacaba hasta la semana pasada por tener imaginación. Pero es un grupo sin electricidad ni vocación guerrillera. Ante un rival pequeño en lo futbolístico y en lo institucional, el Mallorca pasó un calvario. Es verdad que en la segunda parte disfrutó de varias ocasiones para marcar, pero falló el remate final. Unas veces fuera, otras el portero y la mayoría por la empanada mental mostrada durante toda la tarde. Xisco estuvo condenado a errar por las profundidades de la galaxia, a distancias siderales de la pelota. No se le puede reprochar falta de voluntad. Bajó al centro del campo, se abrió a las bandas y, como no le llegaba otra cosa, hasta acabó tirando centros. Todo, menos lo suyo, que es recibir en el área.

Fue todo un tratado de impotencia que al Mallorca se le convirtió en un sufrimiento de urgencias cuando a falta de diez minutos marcó Sergio León. La defensa del Mallorca se durmió en un saque de falta lanzado por Pitu. Algunos hablando entre ellos, otros mirando las musarañas, la realidad es que León se quedó solo ante Cabrero y le batió. Sin duda un premio excesivo porque no había hecho nada el equipo de Carrillo para llevarse los tres puntos. Pero fue más listo. Aprovechó su ocasión y nadie puede decir que su victoria no sea justa.

Con Marco ya en el campo y con Bigas retirado por su enésima lesión, el Mallorca se lanzó con todo, pero sin convicción. No hubo una sola ocasión más de gol. El golpe fue demasiado fuerte como para reaccionar. No fue una derrota más. La de ayer condena al equipo a luchar por no se sabe qué hasta final de temporada, que no acaba hasta la primera semana de junio. Lo mejor es llegar a los cincuenta puntos cuanto antes y pensar en la próxima temporada. Esta ya es historia.

Iberostar Estadio (6.594 espectadores)

Real Mallorca: Cabrero; Cendrós (Fofo, m.83), Bigas (Agus, m.72), Truyols, Gulan; Joao, Yuste; Pereira, Arana (Marco, m.70); Joselu y Xisco.

UE Llagostera: René; Masó, Alcalá, Ruymán, De los Reyes; Jordi López (Tito, m.72), Pitu, Querol, Ríos (Tarradellas, m.90), Juanjo y Arturo (Sergio León, m.46).

Goles: 0-1, Sergio León aprovecha una indecisión de la defensa en un saque de falta para batir a Cabrero (m. 80).

Árbitro: Munuera Montero (comité andaluz).

T. amarillas: Bigas (m.3), Jordi López (m.19), Truyols (m.27), Arturo (m.44), Joao (m.80)
Diariodemallorca

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