Artículo de M. Bestard: «En defensa de los clubes y del fútbol modesto»

19 febrero 2015 | Por lorenzo | Categoria: R.F.E.F.

RFEFEl presidente de la Federación de Fútbol de Islas Baleares, Miguel Bestard, escribió un artículo en el Diario de Baleares que reproducimos a continuación de manera íntegra.

El paro de una jornada de competición en el fútbol balear ha sido una iniciativa más para mostrar el malestar de los clubes por lo que consideran un ataque injusto a los directivos. Como presidente de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares no he sido partidario de parar la competición, pero tengo que atender a la opinión de los clubes y tengo que defender el trabajo de los directivos, que son el verdadero motor del fútbol base y del fútbol aficionado. La propuesta del Consejo Superior de Deportes (CSD) para dar de alta en la Seguridad Social a todos los colaboradores de los clubes ha desmoralizado a los directivos (de fútbol y de otros deportes).

¡Cuidado! No estamos pidiendo que no se fiscalicen las cuentas de los clubes, ni que las entidades deportivas tengan que estar al margen de las leyes laborales. Simplemente pedimos un régimen especial que contemple las particularidades de la gente que colabora en el seguimiento de los jóvenes futbolistas. Un club no es una fábrica ni una tienda, ni los entrenadores o masajistas del fútbol base se ganan la vida dedicando seis horas semanales (noches de entrenamiento y partidos de fin de semana) en la formación de los deportistas. Si se quiere fiscalizar una mínima retribución o dieta, debería hacerse teniendo en cuenta la función social del deporte y no aplicar los impuestos de cualquier otra actividad laboral.

La propuesta del CSD, pidiendo la aplicación estricta de la ley laboral, está poniendo entre la espada y la pared no sólo los colaboradores vocacionales, sino también los directivos de los clubes modestos, que no podrían hacer frente a los gastos que todo esto implicaría, además del riesgo personal que para su patrimonio privado provocaría cualquier irregularidad burocrática. Muchos seguirán el ejemplo de un presidente de club de Mallorca que hace poco entregó las llaves del club al alcalde de su pueblo porque no podía hacer frente a tantas adversidades.

Esto mismo tendrán que hacer muchos clubes, a menos que opten por la alternativa de subir las cuotas de los socios (padres y madres de futbolistas) hasta duplicar las cantidades que pagan actualmente por cada federado. No creo que las economías familiares estén para estas alegrías.

Ni el deporte aficionado ni el fútbol base podrían sobrevivir sin esta gente desinteresada que forma las directivas de los clubes. La Constitución española contempla la función social del deporte, en el artículo 43: «Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte».

Por tanto, los gobernantes deberían ayudar a los clubes en lugar de ponerles obstáculos. No ha bastado reducir, por no decir eliminar, las ayudas y subvenciones. Ahora se tensa aún más la cuerda imponiendo una fiscalidad imposible de mantener.

Lo repito: queremos una fiscalidad y unas normas laborales, pero adecuadas a las características del deporte aficionado. Defendiendo a la gente que hace funcionar los clubes y los equipos, defendemos a los jóvenes deportistas. Y en esta defensa hemos encontrado el apoyo de futbolistas, entrenadores, árbitros, directivos y aficionados.

El fútbol federado ha dado el primer paso, pero ha recibido la solidaridad del resto de federaciones deportivas de Balears. Porque la intransigencia del CSD pone en peligro la supervivencia de todas las entidades deportivas sin ánimo de lucro.
FUENTE RFEF

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