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La comunicación de la Asociación de Propietarios del Estadio Balear (Procampo) de que no puede adecuar la instalación, precintada desde junio de 2013 por riesgo de derrumbe, ya tiene las primeras consecuencias. Qué pasará a partir de ahora con este vetusto campo y con el césped artificial que el Ajuntament de Palma colocó allí en junio de 2006 bajo el mandato de la alcaldesa Catalina Cirer.

Cort firmó un convenio el 1 de febrero de 2006 en el que se comprometía a ayudar de económicamente en la adecuación del Estadio Balear, que por aquel entonces ya presentaba un mal aspecto y necesitaba ser reformado. Tras varias reuniones y disputas, ya que el consistorio era reacio a invertir en una instalación privada, el Ajuntament de Palma retiró la hierba natural y colocó césped artificial. Además se acometieron importantes obras de reforma que permitieron arreglar las graves deficiencias que padecía la instalación. Una obra que rondó los 300.000 euros. En 2008 el club instaló unos 3.000 asientos azules en la tribuna principal, que eran los que estaban en la piscina cubierta de Son Moix, que fue devastada por un tornado el 4 de octubre de 2007.

Cort, a cambio, firmó con el que era presidente de la Procampo, Jeroni Petro, la cesión por espacio de 10 años del uso y disfrute al ayuntamiento del Estadio Balear, que apenas se ha empleado.

Tras tirar ahora la toalla los propietarios ante la falta de recursos, el estadio queda totalmente abandonado y con él un césped que desde hace un año y medio nadie emplea.

Este hecho está provocando ya las primeras reacciones en el balompié balear, que critica que no se dé un uso a esta superficie municipal en otro campo. Al respecto, el Independiente Camp Redó sería el principal club que estaría interesado en ella ya que llevan más de una década solicitando una adecuación del campo La Antoniana, de tierra, pero Cort argumenta que por ahora no hay dinero. Diariodemallorca