Voleybol; La Marea amarilla se estanca

17 octubre 2013 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

2101Cuando parece que no le queda nada a una entidad deportiva, sus aficionados siguen al pie del cañón. El factor humano de la hinchada siempre permanece; es lo único que puede sobrevivir a concursos de acreedores, suspensiones de pagos, desapariciones, refundaciones y naufragios competitivos. Durante las tres últimas temporadas, el Club Voleibol Eivissa se había caracterizado por ser un conjunto de fieles seguidores. Contaba con una masa social bastante amplia, teniendo en cuenta que el vóley es una especialidad que en España suele practicarse en pabellones desangelados de banderas, timbales, bufandas, gritos y cánticos.

Paradójicamente, cuando mejor le van las cosas sobre la pista a los de Toni Gino, la marea amarilla que les ha llevado en volandas en sus últimos tres ascensos parece haberse estancado. El pasado sábado solamente dos centenares de personas se reunieron en Es Viver para ver el reestreno del Ushuaïa Ibiza Voley en la Superliga Masculina. Hace tres otoños, esa cifra hubiera bastado para liderar la afluencia de público en la Liga FEV. Ahora, el nivel de exigencia ha cambiado, el Eivissa compite en un torneo que porfía por no descabalgarse del profesionalismo. Urge más afición.

La lógica invitaba a los vileros a doblar el número de espectadores en sus compromisos como locales, pero la estadística reflejó un dato preocupante: la temporada pasada, la del estreno en Superliga, la media de público solo se incrementó en medio centenar de personas respecto a la campaña 2010/2011 (se jugaba en FEV, el tercer nivel). Concretamente, de 247 se pasó a 297 incondicionales de promedio.

Hace un año, a la formación que preside Javier Escandell no le quedó más remedio que comenzar a cobrar entrada. Su precio, que no es desorbitado (5 euros), se mantiene. Para aumentar ingresos, durante los últimos meses también se ha abierto una campaña de abonados que no acaba de funcionar. De los 500 a 1.000 carnés que se pretendían vender, solamente se han expedido 100. «Su precio es razonable –defiende Juanan Ripoll, director deportiva de la entidad–, son 30 euros y permiten ver todos los partidos de Superliga». La camiseta del establecimiento que les patrocina viene incluida con el abono.

491 días sin perder en casa
Hace tres campañas, el CV Eivissa consiguió romper el anonimato del voleibol en las Pitiusas a base de victorias, buen juego y clara conexión con un público animoso y ruidoso –de un tiempo a esta parte, los tambores han desaparecido del polideportivo de Vila– que fue creciendo hasta llegar a los 600 supporters el día en el que el bloque ibicenco ascendió a Superliga 2 ante el CV Andorra. Gracias a ese empuje de la grada, los Solanas, Mariano Esteban o Christian López estuvieron 491 días sin hincar la rodilla en su feudo. Es Viver era un recinto inexpugnable. Todo un hito para el voleibol insular, disciplina que nunca antes había gozado de la popularidad de otros juegos de sala como balonmano, fútsal o baloncesto.

Más mérito poseen esos guarismos si se tiene en cuenta la gran oferta que tenía entonces Ibiza en deportes de pabellón. También durante el ejercicio siguiente –2011/2012–, cuando el promedio de público en los duelos del Eivissa creció hasta los 275 aficionados. En esos dos años, dentro de la franja de los sábados por la tarde, además del entonces Pachá Ibiza Voley se batían el cobre Puig d´en Valls, Tanit (básquet femenino de primera y segunda categoría) y Gasifred (entonces, en la División de Plata de fútbol sala). Esas escuadras eran la referencia a nivel de clubes en las Pitiusas, pero descendieron a categoría provincial en el fatídico verano de 2012 sin dejar rastro: carecían de masa social amplia y cantera (el otro asidero del deporte) a los que agarrarse.

Las dificultades para trabajar con sus categorías inferiores al no disponer de ligas de base es un handicap histórico para el Ushuaïa Ibiza Voley. Actualmente, tienen entre 80 y 100 niños y niñas y un plan de promoción proyectado para crecer en ese campo. Sus actividades están circunscritas al municipio de Vila. Al carecer de delegación insular (la Federación Balear, con la que la relación del club ibicenco es poco fluida, no cree necesario crearla) no puede beneficiarse de los planes de deporte escolar del Consell y ampliar la difusión de su especialidad en colegios e institutos de otros términos. Ripoll lo asume: «No tenemos las condiciones idóneas para trabajar, pero ahí seguimos. Captar más base significa más aficionados en las gradas los sábados por la tarde».

Con estos datos en la mano, los 200 amantes del vóley que apoyaron al Ushuaïa ante Vecindario el pasado fin de semana pueden interpretarse como un síntoma de incertidumbre. ¿Se habrá tocado techo? Lo que era muchedumbre en FEV puede convertirse en una cancha más. El pasado fin de semana, la ilusión llevó a 700 personas a la pista soriana de Los Pajaritos para presenciar el bautizo del nuevo Numancia, el Río Duero San José. En la capital del estado, casi medio millar se metió en el Centro Deportivo Municipal de Entrevías para animar el debut del VP Madrid.

Pasado mañana, el equipo de Gino (que pese a todo, sigue en sus trece de crecer y crecer y derrotó al Vecindario por 3-2 en el estreno) viajará a Teruel. El temible CAI le esperará con Barcala y Viciana como amenazas, pero con el calor de sus anaranjados fans como sostén. Sus socios son un millar. Un milagro en una ciudad de 35.000 habitantes que, además, ha disfrutado de escuadra en la Segunda B de fútbol hasta junio. «A 90 euros el carné, 90.000 euros. Un soporte así te transporta a otro nivel», arguye Ripoll. Al Ushuaïa se le ve como el nuevo Teruel. Pero los jugadores están creciendo en la red mucho más rápido que el público en la grada. (Diariodeibiza)

Comentarios cerrados