Atletismo; La leyenda del Camí de Cavalls

2 marzo 2013 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

Cuenta la leyenda que un devorador de kilómetros se zampó el Camí de Cavalls de cabo a rabo en menos de 24 horas. Más allá, algunos de los que cantan su gesta aseguran que apenas mostró síntomas de cansancio mientras degustaba deliciosamente cada uno de los 185 kilómetros que componen el sendero que rodea la Isla. Los que exageran incluso añaden que se quedó con hambre. ¿Su nombre? Mia Carol Bruguera.

El catalán (1967), natural de Vic, regresó el pasado fin de semana a Menorca para participar en dos entrenamientos con vistas a la Trail Camí de Cavalls 2013 acompañado de su compañero de equipo, David Ferrández, que fue quinto en la general, invitados por la organización. Más de un centenar de valientes menorquines desafiaron el viento y el frío que azotó Menorca el sábado y el domingo para compartir kilómetros con estos superhombres que destilan humildad por todos sus poros. “El Camí de Cavalls tiene mucho futuro, es una carrera muy bonita”, asegura el ganador de la primera edición, que necesitó 23 horas 39 minutos y 13 segundos para completar la vuelta y añade “lo peor es que vas muchas horas de noche solo”.

¿Cómo se sintió este fin de semana en Menorca?
Muy acompañado. Víctor Truyol, de Trail Camí de Cavalls, nos orientó con restaurantes y calas para visitar. A David y a mi nos daba mucho respeto lo de venir a entrenar porque es muy diferente a lo que hacemos habitualmente. El primer día querían que hablara en el autobús para todos pero preferí que si alguien tenía una pregunta que se acercara a charlar porque no sabía muy bien qué explicar. Cuando empezamos a correr se rompió el hielo. Disfruté trotando por un lugar que no conozco.

¿Qué le pareció el ambiente trail que se encontró?
Está muy bien, cada uno va a su ritmo. Hay pocos sitios que organicen este tipo de entrenamientos. Conozco la carrera del Vall Congost y otra. No hay entrenos tan multitudinarios y es muy bueno. En Catalunya entrenamos distinto, son circulares, se empieza y se acaba en el mismo punto, mientras que en Menorca empezáis en un sitio y acabáis en otro. Nosotros salimos de un punto y la gente va incorporándose escalonadamente según sea su ritmo. Al acabar todos desayunamos juntos, aunque máximo somos 20 personas. También hacemos ‘gomas’, el que va primero tiene que coger al último y luego volver a empezar, lo que te permite ir hablando. Me sorprendió que con el tiempo que hizo de lluvia y viento, acudiera tanta gente.

¿Recordaba anécdotas vividas durante la carrera?
El tramo del sur lo hice más por la noche y me costó reconocerlo. Macarella sí que la recordaba porque había estado hace muchos años. En el tramo de Son Bou había olas muy grandes el sábado y recuerdo que el día de la carrera olía mucho a mar. En cambio el domingo sí que me ubiqué porque lo había hecho con luz y recuerdo que había muchos pájaros –Habla del tramo entre Addaia y Favàritx-. Además me encontré que había gente que todavía estaba señalando el camino y durante un rato estuvieron corriendo con una bandera delante de mi para que no me perdiera.

Pregunta obligada. ¿Cómo se corren 185 kilómetros en menos de 24 horas?
(Sonríe, piensa) Con calma. Poco a poco y con paciencia. Este año la volveré a hacer y el objetivo es acabar lo más dignamente posible. Si lo hago con 22 horas o 26 me parecerá perfecto. Lo ideal sería repetir el tiempo o bajarlo pero es muy difícil. No lo puedo asegurar pero a parte de los elementos climatológicos unos días te sientes mejor que otros. Hay que ir fijándose etapas, ‘ahora llego hasta aquí, ahora hasta allá…’. Tienes que ir mirándote cómo te encuentras. En la primera parte el cuerpo corre solo y tienes que controlarte. En la segunda ya tienes en cuenta el corazón, y en la tercera lo terminas por tozudo y por ‘cataplines’. En una maratón puedes ir a saco pero cuando pasas de los 42 kilómetros empiezan los dolores y las quejas. Tienes que saber qué te pasa, si tienes hambre, sed… No tienes que preocuparte por el tiempo que estás haciendo sino por como te sientes. No las tenía todas conmigo de bajar de las 24 horas pero lo importante es hacerlo con sensatez y escuchando el cuerpo.

¿Qué ritmo de entrenamientos tiene?
Fue una de las preguntas que más me hicieron este fin de semana y les sorprendió mi respuesta. A la semana entreno entre ocho y 12 horas y había gente que me decía que entrenaba más. Para competir en Menorca entrené 12 horas a la semana durante tres semanas y la última bajé para llegar descansado. Entreno cada día poco rato. Los martes hago unas series, el miércoles una hora suave, el jueves hago series y Fartleck, el viernes vuelvo a hacer una hora suave y el fin de semana hago tres horas cada día. El entreno del sábado fue largo para mí. Pero cada persona es un mundo. Marc Balañá, que fue segundo en la Trail, hace entrenos de larga distancia.

Dicen que lo peor es compaginar la vida personal con los entrenos…
Es la clave de la cuestión. Si tienes tres hijos, tu mujer y tú trabajáis y quieres entrenar doce horas a la semana hay que sacar tiempo de debajo de las piedras. Duermes menos, estás menos tiempo en el trabajo o con la familia. Tengo la suerte de poder compaginarlo. Cuando termine de atenderte haré un entreno, luego tengo que ir sin ducharme a buscar a mi hija y a sus amigas para llevarlas a música, voy a ducharme, como, las llevo a otro sitio y luego a buscar al resto. Luego a trabajar y volver a casa. En realidad estás todo el día corriendo aunque no lleves zapatillas. Si te gusta es lo que toca. Casi es más difícil cuadrar los horarios que salir a entrenar porque correr es un placer.

Ha participado en muchas carreras nacionales. ¿Cómo ve las posibilidades reales de la Trail Camí de Cavalls de ser un referente?
El objetivo debe ser invitar a dos o tres corredores buenos y hermanar las carreras en las Baleares. En Canarias las carreras lo están aunque cada una tiene su aspecto característico, la Transgrancanaria o la Transvulcania tienen mucha gente. Aquí la Ultra Trail Serra de Tramontana cuenta con mucha participación, tanta que llevo dos veces intentándome apuntar pero no había plazas. El Camí de Cavalls tiene mucho futuro, es una carrera bonita, sobre todo la parte del norte.

¿Qué es lo mejor de esta carrera?
El paisaje. No suelo correr cerca de la playa y me encanta, y mas si el terreno es un poco abrupto. Yo tengo la playa a una hora y media de casa en coche y no me compensa si pierdo tres horas solamente en ir y volver. La isla en si tiene un encanto que la hace diferente, Eivissa tiene la marcha, Formentera es la ‘hippie’ y Mallorca es la masificación. Si se conserva el encanto y se hace buena publicidad puede atraer mucha gente.

¿Y qué es lo peor?
Hay muchas horas de noche donde vas solo. Acompañado se pasa más rápido. Si hubiese 600 corredores más o menos te irías cruzando con gente y habría más ambiente. Me ha pasado en carreras de 80 o 100 kilómetros que los de delante van muy rápido y los de atrás, muy lento, y he ido ocho horas solo en medio.

¿El año pasado se imaginaba que podría ganar la Trail CdC?
No, mi lugar habitual no es el primero en la general, en veteranos puede que si. En la general suelo estar entre los cinco o los diez primeros. El año pasado tuve suerte, quedé quinto en la Ultra de les Fonts, la primera carrera de la temporada, gané la de Menorca, quedé segundo en Rialt y en las ’24 horas de atletismo” me encontré mal y solamente pude hacer 12 horas y batí el récord de España y de Cataluña. Nunca había corrido más de 13 horas ni tantos kilómetros e iba un poco a la expectativa. Truyol me iba informando de cómo iba el segundo y cuando me dijo que estaba a una hora de mí ya pude relajarme porque en ese tiempo era imposible que me recortara 20 kilómetros. Caminé yendo hacia Artrutx, donde me perdí, y en el último tramo. Se me hizo duro ese trozo, me perdí, me quedé sin pilas en el frontal, estaba a oscuras y el teléfono móvil no se me encendía, al final lo conseguí y tuve un ataque de diarrea. Entonces pensé, ‘peor no me puede ir’ y caminé un rato.

La gente de los avituallamientos cuenta que no hacía mala cara…
Cuestión de imagen (sonríe). En realidad sufrí bastante, necesité dos meses para recuperarme, estuve ‘más tirado que la una’. Quizás no lo notaba la gente de fuera pero estaba cansado, solamente pensaba en que cada vez que llegaba a un sitio me quedaba menos.

¿Cómo se entrena lo de no dormir?
Nunca he tenido problemas con esto. Hay que saberse controlar, si te desfondas lo puedes pagar. Yo he visto gente en carreras que empezaban a las 8 de la mañana y a las 12 del mediodía estaban durmiendo en el suelo porque se habían pasado con el esfuerzo. Si vas a tu ritmo puedes tener un momento de sueño pero se te pasa.

Vuelve a la carrera en mayo cuando no suele repetir en este tipo de eventos. ¿Se dedicará más a disfrutar del paisaje?
El enfoque será el mismo. Siempre voy a disfrutar, si corro sin hacerlo lo considero una pérdida de tiempo. Sé que hay gente que se prepara para subir al podio pero no es mi estilo, no soy tan competitivo. De hecho a veces mis propios compañeros de equipo me riñen porque prefiero quedarme con alguien hablando en un avituallamiento que seguir corriendo porque me lo paso mejor. Si estuviese en un final ajustado supongo que sí que me saldría la vena competitiva, si no firmo un pacto con mi acompañante. Quizás aquí fallo, prefiero disfrutar del momento y del lugar. Es difícil decir si podré rebajar mi tiempo pero tengo claro que los aspectos que estén en mis manos como la comida o el entrenamiento serán los mismos. Lo demás ya no dependerá de mí.

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