Seamos razonables

5 febrero 2013 | Por lorenzo | Categoria: Real Mallorca
Que el Mallorca se encuentra en una situación de Defcon 1 es algo indiscutible.Penúltimo en la tabla y a cuatro puntos de la salvación, si no se hacía algo ahora ya no era necesario que se hiciese en el futuro. Finalmente Serra se ha rendido a la evidencia y ha destituido, acuerdo mediante, a Joaquín Caparrós.

 Una vez se deja la nave sin capitán, hay que buscar uno nuevo. Desde la pasada semana empezaron a sonar muchos nombres: Bernd Schuster, Abel Resino, Miguel Ángel Lotina, Lluís Carreras, Frank Rijkaard, Fernando Vázquez… Y Twitter, que para estas cosas es una excelente piedra de toque para saber la opinión del aficionado de primera mano, sentenció: no. Ninguno de ellos generaba unanimidad. Entonces saltó la sorpresa mayúsucla: Gregorio Manzano era el elegido.

La reacción inmediata fue la del socio que se acordaba de que Manzano quiso hundir el club (falso, el solo quería cobrar aquello que se le debía), que le denunció (falso, denunció al entonces presidente Mateo Alemany) y que estaba en contra del aficionado mallorquinista (ya saben, por lo de la paella de los domingos y tal, tan cierto como la vida misma).

 
Pero seamos sensatos y valoremos la opciones que tenía Serra Ferrer para encontrar un sustituto. Podemos reducir todos los aspirantes a dos grupos. Unos, los que no han pisado nunca la isla, no conocen la plantilla, no conocen el club y muchos de ellos no se sabe cómo podrían reaccionar ante una situación tan compleja como la que atraviesa el Mallorca. Serían una auténtica incógnita, sería aquello de soltar una bomba y esperar que la explosión no te afecte a ti. En cambio, había un segundo grupo, el de los viejos conocidos.
Gente que ya haya trabajado en la isla, que sepa de la idiosincrasia del club, que conozca a los trabajadores y la plantilla, y, lo más importante, ya se haya visto en tesituras parecidas. Este grupo se podría reducir a dos nombres: Luis Aragonés y Gregorio Manzano, y viendo que el ‘abuelo’ ya está jubilado y un poco mayor, la opción del jienense parecía la más lógica y razonable.
 
Y más allá de gustos y fobias, que todos las tenemos, aquí hay algo muy claro, y es que sin los jugadores es imposible salvar la categoría. Los capitanes, con peso específico en el vestuario, le hicieron saber desde el primer momento a Serra que Manzano era de su agrado y que creían en su método. Un psicólogo que viniera a hacer borrón y cuenta nueva y que se erigiera, una vez más, en el salvador del Mallorca. Tal vez algunos olvidan que, a pesar de sus tira y afloja con prensa y afición, Manzano es el ‘culpable’ del único título de la historia del club, amén de haber conseguido salvar a un Mallorca tan hundido como el actual no hace tantos años.
 Por tanto, ¿de qué estamos discutiendo? No hay tiempo para probaturas ni experimentos con gaseosa. Los resultados deben ser inmediatos y para ello es necesaria la figura de alguien que no necesite de un período de adaptación. Y ese es nuestro ‘amigo’ Goyo.
 
El mallorquinismo debe entender que las situaciones de emergencia requieren soluciones de emergencia que, en muchas ocasiones, no son del agrado de todo el mundo. Sobre todo sabiendo que si Manzano consigue salvar a este equipo, nadie se acordará de denuncias ni de paellas.
Mallorca.gol

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