Voleibol. XXXVIII Copa SM el Rey; Almerienses que hablan mallorquín

27 enero 2013 | Por lorenzo | Categoria: Polideportivo

Toni Llabrés, líbero de Unicaja, tiene el apoyo en el torneo de su familia y sus paisanos de Artà, los únicos aficionados cajistas en Ibiza
­El día después de la inesperada derrota del Ushuaïa Ibiza Voley, el sol lució para otros en el Poliesportiu Insular de Sa Blanca Dona. Las gradas no registraron el llenazo que la ocasión merecía: el traspié contra Vecindario dejó helado a más de un neófito en el deporte de la red, que prefirió pasar la ventosa tarde de ayer en casa. No obstante, el pabellón contó con la presencia de unos 400 aficionados que se dejaron oír durante toda la jornada vespertina. Primero le tocó el turno de animar a la hinchada del CAI Teruel, afición que se hace llamar Marea Naranja y que, como el equipo que entrena Óscar Novillo, pone corazón y calidad a partes iguales para brillar en su cometido.

Su misión no es otra que bailar, chillar y divertirse al compás de los puntos que va sumando el cuadro maño, campeón de las dos últimas Copas del Rey. Y eso que ayer solo contaban con el cincuenta por ciento de sus fuerzas disponibles. Unos 40 turolenses sufrieron un retraso de once horas en el vuelo que debía trasladarles a la isla y, desde el aeropuerto de Manises (Valencia), tuvieron que tirar de teléfono móvil para enterarse de la victoria de sus jugadores ante la formación de Paco Sánchez Jover.

«Es una lástima que se hayan perdido nuestro debut, pero al menos van a poder ver la final del campeonato», comentaba orgullosa Nico, una mañica amante del voleibol que lleva siguiendo al conjunto de su ciudad «desde antes de que subiese a Superliga». «Yo me enganché más tarde –interviene Javi, su compañero de asiento en un graderío que combina con el color de sus zamarras naranjas– y desde entonces he seguido al CAI Teruel en casi todas las Copas del Rey».

Para llegar a Ibiza no lo han tenido fácil. Por una estancia de tres noches (tienen que marcharse el lunes al no disponer de vuelo de vuelta el domingo por la tarde), tanto ellos como la veintena de incondicionales del Numancia, que también lucen sus rojizas bufandas estos días en las Pitiüses, han tenido que desembolsar entre 250 y 300 euros para no perderse un torneo que hoy conocerá a su ganador.

No podrán serlo los sorianos, tras caer contra el Unicaja Almería, sin duda, el invitado a esta fiesta con la afición más singular. Para constatar la rareza de la hinchada solo es necesario acercarse a la quincena de personas –las hay de todas las edades– que, armadas con pitos, camisetas blanquiverdes y animados pompones, animan con desenfreno al equipo de Piero Molducci. Escuchar conversaciones en marcado catalán de Mallorca y dibujar un interrogante en el rostro es todo uno.

Vínculo familiar
Una de las seguidores acude al rescate: «Es que somos de Artà, como Toni Llabrés, el líbero de Unicaja». La madre del prometedor jugador, que destacó hace unos años en la selección española juvenil y que también ha actuado en el Cajasol sevillano, no duda en justificar la expedición para animar a su vástago. «Que jugara en Eivissa y que no viniéramos a verle era un delito», comenta Balbina Gil, madre y esposa de voleibolistas. «Juan, mi marido, también jugó muchos años –amplía–. Es que en Artà hay mucha cantera. ¡Si incluso la pista que se está utilizando es de allí».

Quizás por esa pasión a Balbina le duela que el Palma Volley no ofreciese a Toni «un buen contrato», obligándole a marcharse a la Península. Hoy, con Mallorca convertida en un solar a nivel de clubes, a su hijo no le queda otra que jugar fuera. «Me sorprendió que el Ushuaïa perdiese ayer [el viernes para el lector]. Son muy buenos, lo están haciendo genial. Quién sabe, quizás Toni juegue aquí algún día». El deseo de esta mallorquina solo el tiempo lo cumplirá o lo desmentirá, pero este mediodía puede convertirse en talismán si alza la copa en Sa Blanca Dona. Gritos de «¡Unicaja, Unicaja!» no le van a faltar.

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