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Brandon Thomas confirmó el pasado miércoles en Sevilla que el sueño que está viviendo es verdad. Es más, su nombre quedará en los libros de historia del Real Mallorca ya que es el segundo futbolista más joven en marcar vistiendo de rojillo, con 17 años y 340 días (Pepe Gálvez lo hizo con 17 años y 193 días). Su gol no hace más que confirmar la apuesta del club, que le fue a buscar cuando tenía once años y despuntaba en el Cala d´Or.
«No hay otro deporte que me atraiga tanto, podría estar todo el día jugando», explicaba Brandon con doce años, cuando fue elegido mejor jugador alevín en la fiesta del Fútbol Balear de la temporada 2006-07, la primera que organizó DIARIO de MALLORCA.
Fue sincero. Mucho. Brandon Thomas ya era conocido por los vecinos de Cala d´Or porque siempre llevaba un balón. La pelota le acompañaba a todas partes. Un amigo inseparable, igual que su mellizo, Jordan, con quien compartía el liderato en su equipo y a quien un problema físico le dejó en el camino hacia el profesionalismo. Ahora disfruta del éxito de Brandon, en el Mallorca juvenil y con previsiones de instalarse en la elite mientras Jordan juega con el Cala d´Or juvenil.
La historia de Brandon es la clásica de cualquier niño. Siempre ha vivido por y para el fútbol y ha soñado con llegar a ser profesional. Despuntó primero en el equipo de futbito del colegio Santa Maria del Mar. Su primer entrenador, Toni Mejías, recordaba en Santanyí Ràdio, tras su debut con el Mallorca, que a Brandon «ya se le veía superior a todos. Con cinco años te dejaba sorprendido de las cosas que hacía. No era normal. Se veía que había nacido para esto». Era tan especial que se saltaron todos los pasos y dejó de jugar en la escoleta de fútbol sala para, sin tener la edad, hacerlo en la ligas de prebenjamines. «Me acuerdo de que en su primer partido con la escoleta se plantó delante del portero y, cuando le salió, le hizo dos bicicletas para regatearlo y marcar el gol», añadió.
Precisamente, el gol ha sido un compañero inseparable de Brandon. «En prebenjamines, cuando marcaba, ya lo celebraba como los profesionales», remarca Matías Adrover, de Santanyí Ràdio, quien no duda en recordar «a su abuelo. Durante muchos años le ha acompañado cada día a entrenar a Palma». Y también a Montuïri, ya que durante algún tiempo ac