La errática profecía por Tomeu Maura

28 diciembre 2012 | Por lorenzo | Categoria: Real Mallorca

Hace ya una semana que debía haberse acabado el mundo y nada, aquí seguimos. Todo un año dando la brasa con el 21 de diciembre, los mayas y el apocalipsis para que unas semanas antes alguien leyese mejor la profecía: No era el fin de la humanidad, si no un cambio de ciclo. Chasco mayúsculo para todos esos de los refugios con víveres en conserva, suspiro de alivio para el resto.

 

¿Hay algún escéptico en la sala? Para él los mayas tenían preparada una prueba del susodicho cambio de ciclo. Tan sólo un día después de la fecha marcada en rojo, el Mallorca volvía a ganar tres meses después de la última vez; si eso no es un cambio de tendencia que baje Kukulkan y lo vea. Habían sido 90 días esperando que los de rojo venciesen, 2160 horas esperando a ver si el siguiente partido iba a ser el definitivo. Y llegó la victoria gracias a un regalo arbitral, reubicando en el área una caída de Víctor que en realidad había sido un metro fuera. Javi Márquez la pegó como hay que hacerlo en casos de necesidad extrema y acabó por darle los tres puntos a su equipo. Curiosos los tejemanejes del destino. La racha derrotista del equipo finalizaba de la misma manera en que se había gestado: con un penalti injusto.

No fue el primer partido que perdió el Mallorca, puesto que unos días antes había caído en Getafe, pero empezó a derribar el castillo de naipes. En aquella ocasión fue Torje quien cayó fuera del área y El-Arabi quien ejecutó la pena máxima. El error arbitral se sumó a la expulsión -justa- de N’Sue, la lesión previa de Joao Víctor y las acumuladas en los días previos de Márquez, Nunes y Antonio López para hundir a un equipo que pese a ello estuvo a punto de puntuar.

“El fútbol siempre te ofrece una revancha”, reivindicaba Giovani Dos Santos a la salida del Benito Villamarín. No tuvo una actuación destacable el jugador de México D.F. -cuna del antiguo imperio maya-, al contrario que Víctor que con su gol de cabeza puso el 1-1 cuando peor estaba su equipo. Él, que pudo cortar la racha de penalti ante el Zaragoza. Él, que pudo hacer lo propio ante el Athletic, cuando falló un gol cantado. Él, sí, él, que se tomó la revancha rescatando a su equipo de una nueva derrota. Una vez más.

informa sportsdecanostra.com

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